Cine patagónico, cine todoterreno

Formado en el IUPA, participó de todo tipo de proyecto audiovisual: corto, largo, documental, ficción y hasta animación. El año pasado, un corto suyo fue al “Blow-Up Film”, de Chicago.

Yo soy: Matías Tondato

P- En diez palabras, o menos, ¿quién es Matías Tondato?

R- Un realizador y actor, con ganas de hacer.

P- ¿Qué historia te gustaría filmar?

R- Después de haber hecho varios proyectos independientes, me gustaría tener experiencias de industria, ambicionar un poco más con la producción, porque hay ideas que no las podés concretar sin presupuesto. Volar un auto por los aires con el doble de Sbaraglia adentro, por ejemplo. (Risas)

P- ¿Qué cine mirás para hacer cine?

RMi viejo Mario es mi mayor inspiración: un loco que se puso a filmar cuando no había nada acá. Yo crecí viendo cine comercial, obviamente. Me encanta la comedia, veía Chaplin, Jim Carrey, cine de ciencia ficción. Después descubrí a Tarkovsky estudiando, pero antes vi “Depredador” (mil veces). “Toy Story” fue mi primer peli en el cine; no me acuerdo nada. Ahora me fijo el nombre del director antes que el título de la peli.

P– ¿Qué es lo mejor y lo no tanto de filmar en la Patagonia?

R- Lo mejor es la libertad para hacer las cosas, desde la vastedad. Lo malo es que no se siente lo “federal” y todo eso. Estamos aislados. En la tele vemos a porteños portando el megáfono del país. Internet viene siendo una puerta muy importante.

P- Participaste de experiencias de animación regionales, ¿cómo fueron?

R- Trabajo en el centro de producción del IUPA, allí tenemos una productora de animación que se llama Iupatoons. Somos un equipo de realizadores, dibujantes, animadores, músicos y sonidistas que hacemos trabajos, tanto para privados como producciones propias. “Final feliz” es nuestro primer corto que escribí y dirigí. Estamos mandándolo a festivales, que es la única forma de mostrarlo y hacernos notar, antes de liberarlo en internet. Nunca me imaginé hacer un corto de animación, pero tomé la oportunidad y después de mucha paciencia y laburo, la experiencia estuvo muy buena.

P- ¿Hay un modo patagónico de hacer cine?

R- Los patagónicos nos caracterizamos por tener el desafío de estar metidos en todo, participar en todas las ramas. No nos focalizamos sólo en, por ejemplo, enchufar cables, como en un laburo de industria. Hay una anécdota graciosa en el rodaje de “El regreso del lobo” que dirige mi viejo, en que yo estaba actuando y por reflejo me quedé con un rebotador de luz en la mano.

P- Con “Delivery”, tu corto de ficción, participaste del Blow-Up Film Festival, de Chicago, ¿cómo fue esa experiencia?

R- ¡Fue una hermosa sorpresa! No pude viajar pero lo acompañé en el sentimiento (risas). Lo rebotaron en muchos lugares antes de llegar a éste. Después lo seleccionaron en Cinetoro, Festival Internacional de Cine de Experimentación de Colombia. Ambos festivales tienen un perfil de “cine arte” y ahí me di cuenta a qué lugares tenía que mandarlo. Es un corto que quiero mucho porque lo hicimos entre amigos y familia de forma independiente. Surgió con la colaboración de la genial actriz María Robin. Los dos teníamos muchas ganas de filmar y le propuse este proyecto. Después se sumó la talentosa y aguerrida actriz Soledad González, el grosso de Claudio Ferretto y el “mostro” Raúl Toscani. Mejor imposible.

oscar livera


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