El peso del trabajo

Muchos empleados se levantan cada lunes deseando que ya sea viernes, pensando en que <br />el sinuoso camino semanal pase lo más rápido posible.

Una de las mayores dificultades psicológicas de los trabajadores es la tristeza de los lunes.

El inicio de una nueva semana laboral después de los días de descanso puede parecer poco propicio de soportar.

Un caso grave de “bajón” de comienzo de semana, puede llevar a un martes difícil o incluso un miércoles depresivo. Es por eso que es tan importante cortar de raíz esta sensación y empezar la semana con una actitud positiva.

Es difícil cuantificar el número de estudios, encuestas e informes que se han realizado sobre lo mucho que a la gente le “pesa” su trabajo. La gran mayoría de estas estadísticas aportan elevados porcentajes de cansancio laboral.

Con estos resultados, parece que muchos empleados se levantan cada lunes deseando que ya sea viernes, que el sinuoso camino semanal pase lo más rápido posible y así sentir menos de esa angustia que provoca trabajar en un lugar que no desean. Uno de los trabajos más extensos sobre este tema es el realizado por la agencia de investigación Gallup en 140 países, que fue publicada días atrás por El País de España.

De los cerca de 180 millones de empleados encuestados, solo un 13% confesó estar feliz en su trabajo, un 63% ni está a gusto ni siente ningún tipo de motivación en su empleo, y un 24% directamente lo detesta.

Para todos aquellos que ya no aguantan más esta situación y están pensando en cambiar de empleo, el estudio señala que quizá deberían evitar precipitarse: aunque no lo crean, es posible reconciliarse con su vida laboral.

No es de incrédulos pensar que podemos volver a sentir mariposas en el estómago por lo que hacemos y merece la pena el intento de recuperar la pasión por aquello a lo que dedicamos muchas horas de nuestra vida.

¿No se está a gusto?

Es bueno comenzar con esta pregunta cuando uno sabe que su puesto laboral no es de su agrado. Que en lugar de llegar feliz o con buen ánimo a cumplir su jornada solo está a la defensiva, molesto y hace las cosas de mala gana.

Parece que si uno llega a un empleo que no esté ligado a su vocación lo hace porque necesita el dinero y no le queda otra alternativa, es por eso que sea más fácil que se termine odiándolo.

Pues bien, lo vocacional no siempre es requisito fundamental para asegurar la felicidad laboral. “Es cierto que aquellas personas que sienten pasión por su trabajo y están en continuo aprendizaje tienen más facilidad para mantenerse motivados, pero al igual que sucede con las relaciones de pareja, a medio o largo plazo la pasión, la euforia y la felicidad, no se sostienen en el tiempo, ni siquiera con el puesto de sus sueños”, explicó Raquel Ballesteros, psicóloga integradora y coach, profesora del Máster en Coaching del Instituto Superior de Estudios Psicológicos.

La especialista destacó que “un empleo no es solo una profesión y las tareas que desempeñamos, también es el entorno y las condiciones que lo envuelven”.

Aunque depende de los valores y la personalidad de cada individuo, uno puede sentirse cómodo y satisfecho en un empleo, pero en el momento que el trabajo se vuelve excesivamente rutinario, empieza a buscar otros estímulos.

En cualquier caso, las prioridades de una persona cambian con el tiempo. Por ejemplo, cuando comienza a tener hijos o sus padres se hacen mayores y caen enfermos. Entonces puede suceder que el trabajo ya no sea su gran satisfacción en la vida, lo que antes nunca le generó estrés a un empleado, ahora sí lo hace.

“Quizá lo que tenemos que buscar, más que un amor loco y apasionado por el trabajo, es un equilibrio entre novedad y hábito, aprendizaje y práctica, curiosidad y desempeño”, explicó la psicóloga y ‘coach’ de empresas.

Al igual que sucede con las relaciones de pareja a medio – largo plazo, la pasión, ese estado álgido de motivación, euforia y felicidad, no es algo que se sostenga en el tiempo”, finalizó.

Un artículo publicado en Forbes señala que el 40% de los trabajadores planea cambiar de empleo en los próximos seis meses y un 69% mira mejores ofertas
de trabajo.

Encontrar la diferencia entre éxito y felicidad

La motivación nos ayuda en la actividad

¿Por qué nos sentimos mal en las horas laborales?

Páginas 2 y 3

Datos

Un artículo publicado en Forbes señala que el 40% de los trabajadores planea cambiar de empleo en los próximos seis meses y un 69% mira mejores ofertas
de trabajo.
Para el empleado es muy importante aprender a diferenciar el éxito de la felicidad. Éxito es obtener lo que se quiere y felicidad disfrutar de lo que se obtiene, o ya se tiene. Si no alcanzamos el objetivo, puede que no estuviera bien definido o que no dependa solo de nosotros, hay personas que se sienten frustradas y eso les lleva a desilusionarse en su trabajo.
También hay personas que no logran encontrar ese equilibrio y solo se centran en los resultados porque ya está pensando en el siguiente reto.
Realizar un curso de capacitación laboral no solo le va a permitir crecer personalmente, sino le abrirá una puerta para pedir un aumento de salario que tanto desea y que le cambiaría su estado emocional laboral.
Las personas apasionadas de por sí están motivadas intrínsecamente y tienen muy en claro cuál es la actividad que les gusta y les apasiona. Al fin y al cabo la motivación es tener motivos y un para qué. Cuando lo identificamos tenemos el motor de nuestras vidas y nos ponemos en acción para realizarlo, brota en nosotros la energía para dedicarla a esa pasión”, explicó Elisa Sánchez, psicóloga y coach del grupo laboral del Colegio de Psicólogos de Madrid.
Es bueno preguntarnos: ¿qué vida deseamos vivir?, ¿estoy dispuesto a pasarme la vida haciendo esto? Si pudiera elegir, ¿cuál sería mi trabajo ideal? Todas estas preguntas le ayudarán a conocerse a sí mismo, qué le motiva y desmotiva. A partir de este punto, Sánchez nos da las pautas a seguir:
1- Es importante tener un plan de acción para cambiar lo que no le gusta de su empleo y conseguir lo que quiere.
2- Debe encontrar los hábitos que le ayuden a estar mejor con uno mismo, a mejorar la autoestima.
3- Potenciar herramientas que le ayuden a mantener un buen clima de trabajo, de tener una buena relación con los jefes y establezca una relación de colaboración y de ayuda con sus compañeros.
La tendencia cuando nos sentimos mal en nuestras horas laborales, tiene distintas causas. Hay pasos recomendados que actúan como primeros auxilios para mejorar tu entorno.
Para encontrar el porqué de nuestra insatisfacción, Raquel Ballesteros recomienda que nos hagamos estas preguntas:
• ¿Es por la rutina? Quizá ya no hay nada nuevo que sacarle al trabajo, no te estimula y te aburre.
• ¿La acumulación de tareas te provoca estrés? El agotamiento es el culpable de la necesidad de cambio.
• ¿Falta de personal? La empresa cuenta con pocos recursos, tanto de personal como material, lo que hace irrealizable el trabajo, y eso te enoja.
• ¿Mal ambiente? En realidad su trabajo no está mal, pero el mal ambiente y la competitividad que se respira enrarece todo.
• ¿Perfeccionismo y autoexigencia? ¿No será que necesita siempre tenerlo todo bajo control y que se exige demasiado, queriendo que todo esté siempre perfecto?
• ¿Exceso de reglas y directrices? Necesito opinar, necesito dar mis ideas y compartirlas, pero no me dejan.
• ¿Caos y desorganización? En tu empresa no hay pautas a seguir, no hay feedback, los superiores no saben organizar el trabajo ni guiar al equipo.
• ¿Impaciencia, dificultad para relajarse y gozar del presente? La confianza y profesionalidad en el trabajo se gana con el tiempo y la constancia.

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