Conocé la playa distinta de la costa rionegrina

A 65 km de Las Grutas por Ruta 3, invita a quienes quieren alejarse del ruido de las aglomeraciones y disfrutar de los mejores atardeceres. ¿Vamos a recorrerlo?

Atardece. El cielo va mudando sus colores, como si fuera un caleidoscopio gigante. Y justo antes de que el sepia lo cubra todo el sol desaparece bajo el agua. Ahora, el mar se pone dorado, mostrando que se apropió de ese fuego. Y esa misma luz recorta los contornos del paisaje y su gente. Con tanta intensidad que recuerda los bordes de las fotos antiguas. La escena se repite a diario en el balneario La Conchilla, ubicado poco antes del ingreso a esta villa portuaria, a 65 km de Las Grutas por Ruta 3. Aquí no vienen los que buscan el ruido de los paradores céntricos, las aglomeraciones o la cercanía de la ciudad.

Llegan los que valoran detalles que sólo brinda la naturaleza. Por ejemplo, que éste sea uno de los contados espacios en los que la puesta puede verse sobre el mar. O la extensión infinita de su costa, que permite abstraerse del resto de los turistas, y pasar el día entero al aire libre, sin preocuparse por el movimiento de las mareas, porque siempre habrá espacio disponible por más que el agua llegue a su altura máxima.

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Otra cosa que hace especial estas playas es que la sucesión de imágenes y sensaciones que deparan se disfruta incluso antes de acceder a ellas.

Es que tras un trayecto en el que sólo se ve la aridez y el horizonte limpio del paisaje patagónico, al sortear una de las curvas el mar irrumpe como un espejismo. Entonces, la inmensidad del agua le gana espacio al desierto. Y esa mezcla alivia la mirada antes de refrescar el cuerpo…

Después, llegan otras impresiones. Como el color del mar, que suma intensidad al combinarse con la blancura de la costa. Porque aquí la arena está tapizada por miles de valvas de moluscos erosionados por el sol y por el viento. Y esa cubierta cruje como vidrios partiéndose al caminar sobre ella. Y se levanta en el tramo en el que las olas rompen, con un sonido que transporta al relax. Por eso caminar o estar cerca de la orilla es particularmente estimulante. No existe otro balneario que tenga esa banda sonora.

A lo largo de estas playas, sin embargo, se pueden encontrar opciones para todos los gustos. Desde la libertad de aislarse hasta la posibilidad de compartir un trago o comer algo rico en alguno de los dos paradores, que se levantan en extremos opuestos. Cada uno cuenta con sanitarios, venta de provisiones y otros servicios básicos, pero además ofrece cartas con delicias marinas, siempre frescas y tentadoras.

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Ya sea en verano o en invierno, los pescadores proliferan en la zona, que es popular por su abundancia de pejerreyes, cazones y pesca variada.

De hecho, varios tradicionales eventos del rubro, como “las 6 horas del pejerrey”, se realizan anualmente en este lugar.

Por todas estas particularidades “La Conchilla” gana cada vez más público, y es un paraíso cercano, digno de visitar.

Inmensidad. Aún con marea alta, siempre hay espacio para acampar.

La extensión de su costa permite abstraerse y pasar el día entero al aire libre sin preocuparse por las mareas: siempre habrá espacio para caminar.

Ya sea en verano o en invierno, los pescadores proliferan en la zona, que es popular por la abundancia de pejerreyes, cazones

y pesca variada.

“Vivimos una de las mejores temporadas. Pero hay que apostar a la planificación para no arruinar nuestro recurso natural…”.

Agustín Sánchez, prestador del Puerto San Antonio Este.

Cielo, arena y mar. Una costa extensa que es puro disfrute.

Conchillas erosionadas por el sol y el viento tapizan la arena.

Preparativos. Todo listo para ir a barrenar.

La playa permite disfrutar del contacto con la naturaleza. En familia, con amigos o en soledad.

Para tener

en cuenta

De playas extensas y agrestes, cuenta con dos paradores, que ofrecen servicios básicos y platos basados en pesca del día, con ofertas y promociones.

Villa portuaria. Se puede aprovechar la cercanía para visitarla. Se ingresa una vez que culmina el corredor costero. Es un excelente plan.

Puerto SAE. Hay bodegones y restaurantes. Y se encuentra el puerto de aguas profundas en el que desde mediados de enero se realiza la zafra de fruta. Ingresan buques mercantes en busca de las peras y manzanas rionegrinas que se exportan al mundo.

Datos

La extensión de su costa permite abstraerse y pasar el día entero al aire libre sin preocuparse por las mareas: siempre habrá espacio para caminar.
Ya sea en verano o en invierno, los pescadores proliferan en la zona, que es popular por la abundancia de pejerreyes, cazones
y pesca variada.
“Vivimos una de las mejores temporadas. Pero hay que apostar a la planificación para no arruinar nuestro recurso natural…”.
sale el boleto de colectivo de Transporte Las Grutas, que dos veces al día comunica el Puerto SAE con Las Grutas y San Antonio Oeste.
$ 40
$ 200
El menú diario hecho con la pesca del día en el parador Serena, en el Puerto SAE, sobre el Mirador Norte. Por ejemplo: Besugo con papas.

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