Días (y noches) de vinilo

p: En diez palabras (o menos), ¿quién es Juan Otazu?

r: Melómano no fundamentalista que disfruta de descubrir bandas desconocidas.

p: ¿Disco era cultura?

r : La música es cultura. El disco es un formato hermoso para poder escucharla. Pero para las discográficas siempre fue un negocio. Eran las que ponían esa frase en las contratapas de los LPs.

p: ¿Cómo describirías escuchar música de un vinilo?

r: No lo vivo como un ritual, ni nada parecido. Es lo único que hay en el living de casa: discos se escuchan todos los días y a toda hora.

p: Del disco al streaming, ¿qué cosas perdimos en ese recorrido?

R: Se perdió el arte en sí mismo. Me refiero al de tapa y de edición: tapas copadas, poner info, fotos, pósters… y cientos de cosas más para que puedas disfrutar de algo que no era sólo música. Ahora ¿quien perdió en el recorrido? Creo que nadie. El que escucha streaming, por lo general, no siente que haya perdido nada, y no está mal.

p: ¿Tan mal se escucha un CD? ¿Tan bien se escucha un vinilo?

r: Claramente un vinilo suena mejor que un CD. Partiendo de la base de que la música debe ser comprimida para poder ser escuchada en este último formato, lo podemos entender. Algo hay que resignar para que entre, y es el sonido. La profundidad, los graves, los agudos, la calidez… ¡Imaginate en el streaming! Mi reflexión es que lo que fue pensado para ser escuchado en formato digital, y está bien producido, suena muy bien. Pasa lo mismo con el LP.

p: Las tecnologías digitales se suceden, evolucionan… pero cada vez se editan más vinilos ¿Por qué?

r: Es un gran negocio para las discográficas. Es el formato físico que crece en ventas. Y es el único que no se puede ni se quiere copiar. De cualquier manera, son muy pocas las ediciones actuales que valen la pena. La calidad de sonido suele ser regular. Se edita sólo par satisfacer un mercado cada vez más grande y formado por gente cada vez más joven. Esto último está muy bueno.