¿Dónde enterrarán los langostinos?

El acuerdo entre el Municipio y la Provincia fue desmentido por el dueño del campo donde supuestamente van a depositar los desechos.

Pese a los anuncios efectuados por el municipio y la Provincia, el campo designado para depositar los desechos provenientes de la extracción y procesamiento de langostino no estaría disponible, y uno de sus dueños confirmó ayer, en diálogo con “Río Negro”, que “conmigo no tienen convenio ni acordaron nada”.

Se trata del sector de aproximadamente 5 hectáreas ubicado sobre ruta 2, a unos 18 kilómetros de la ciudad, en una finca que pertenece a la familia Urcera, que a su vez posee una empresa llamada TSB bajo cuya razón social figuraría la tierra. Fue Ernesto Urcera (padre de Claudio) el que mediante una breve comunicación telefónica con este medio confirmó que “eso (por el predio) estaba a nombre mío y de Claudio, pero ahora lo tiene un señor que se llama Héctor Longo. Y nadie convino nada”, aseguró.

Lo sorprendente es que el lugar fue citado en partes de prensa y designado oficialmente en el marco de la firma de un convenio que celebraron el lunes la municipalidad, la Provincia y los empresarios pesqueros. Y el intendente Luis Ojeda (FpV) le relató a este diario el miércoles que el sitio había sido “ofrecido voluntaria y bondadosamente por ‘Catito’ (el apodo de Ernesto Urcera), sin pedir a cambio ninguna contraprestación. Sólo de buen vecino. Será un comodato que se extenderá por lo que dure mi gestión (hasta 2020)”. Sobre esta charla, Urcera afirmó qué “ni dispuse ni me han pedido nada”.

El problema quedó en evidencia ayer, cuando “Río Negro” se movilizó, en compañía de personal municipal, hasta la zona en cuestión. Para acceder hay que atravesar una tranquera y proseguir la marcha campo adentro. Al llegar, sin embargo, el encargado del predio aseguró que Claudio Urcera le había dicho que como en ese sector existe una cantera que usufructúa una hormigonera local, había otro espacio que sugería para el volcado de los desechos. Y guió al grupo a un lugar que queda a la vera de la misma cinta asfáltica, pero a sólo 7 km de San Antonio y 5 del cruce de las rutas 3 y 251. El área está 200 metros hacia adentro, y para acceder habría que fijar un camino.

Tras esa negativa, se acercó hasta la zona la secretaria de medio ambiente local Laura Viz. En su compañía, pero accediendo a través de otra propiedad, se pudo llegar al espacio que citan en el convenio. Sin embargo, pese a que Viz aseguró que el episodio anterior había sido “una confusión” y confirmó la existencia de un acuerdo, horas después Ernesto Urcera lo negó.

Por otra parte, las 5 hectáreas visitadas están al costado de un camino que llega de la ruta 2, mil metros hacia dentro. De un lado está el tramo alambrado, y del otro un tupido campo que debería ser desmontado para realizar las cavas que contendrían los restos de langostinos.

El convenio

y sus términos

Se pactó que el sector industrial se hará cargo de pagar el traslado y enterramiento de los residuos. Se recordó que una norma provincial obliga a que el descarte de la actividad sea procesado en una planta.

La fábrica de harina retiraría de las plantas los restos de crustáceos y los secaría para la extracción de aceite. También dispone de un camión para llevar el desechos al área de disposición final designada (el campo de Urcera).

La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia confirmó, por su parte, que está haciendo inspecciones en las pesqueras para solicitar los planes de gestión de residuos.


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