El emprendedor de Cinco Saltos que estará con Obama

El emprendedor de Cinco Saltos que estará con Obama

Santiago Yelmini (24) es director en E4E, una organización en la que trabaja con programas de formación y aceleración de emprendedores en etapa temprana. Ingeniero industrial y por su experiencia en diseño y gestión de proyectos fue seleccionado junto a otros 9 jóvenes argentinos a una experiencia en EE.UU., que incluye una entrevista con el presidente de ese país.

Cada vez hay más gente en Argentina que se inicia como emprendedora a muy temprana edad pero son muy pocos los que logran materializar su idea. Y mucho menos en verla como empresa -sólo 1 de cada 10-. Conseguir capital, lidiar contra la incertidumbre permanente, trabajar en equipo y moverse como un pez en un contexto híper volátil no es para cualquiera. Sí lo es para Santiago Yelmini (24), nacido y criado en Cinco Saltos, que el próximo 4 de octubre se entrevistará con el presidente norteamericano Barack Obama, junto a otros nueve argentinos que fueron seleccionados por haber generado oportunidades de trabajo en nuestro país. “Estoy feliz”, afirmó a “Río Negro” el ingeniero industrial egresado de la Universidad Austral.

¿Cómo llegaste a esta oportunidad?

Está enmarcado dentro de la “Iniciativa Jóvenes líderes de las Américas”, que lanzó Obama a principios de este año y reúne a emprendedores de entre 20 y 35 años provenientes de más de 20 países de Latinoamérica. De unos 4.000 postulantes fuimos seleccionados 10 argentinos junto a otros de la región para participar en un programa de 5 semanas en Estados Unidos para desarrollar proyectos participantes y la vinculación y la generación de contactos entre los emprendedores regionales y los mentores e inversores norteamericanos. La noticia me tomó por sorpresa pese a que había pasado por diferentes instancias de evaluación. Es una oportunidad única que espero aprovechar de la mejor manera. Y con los pies en la Tierra: siento que es una validación para seguir por este camino, un empujón, pero no hay que creérsela de más.

¿Cómo llegaste a ser emprendedor?

Emprender es algo que principalmente tiene que ver con una actitud, una forma de tomar los desafíos tanto personales como profesionales que se van presentando. Un emprendedor es alguien que ve una oportunidad y se anima a correr el riesgo de perseguirla para cambiar una realidad, ya sea la propia o la de otros.

Desde chicos, con mis amigos de la infancia tuvimos proyectos de todo tipo, desde algunos con fines comerciales hasta otros que ni cerca, pero que nos moldearon para siempre. Principalmente en lo que respecta a animarnos a llevar adelante ideas por más locas que parecieran, a ir un poco contra la corriente, pero siempre con un propósito. Eso me marcó mucho.

Pero fue recién en la universidad donde me di cuenta qué era “emprender”. Habiendo conocido ya ese mundo, con algunos compañeros registramos que la educación tradicional no nos preparaba para ello. Era algo que nos apasionaba y nos queríamos acercar a la gente que, emprendimiento tras emprendimiento, le da forma al mundo de hoy, para aprender de ellos. Fue así que fundamos la ong E4E, que pretende acercar a jóvenes al mundo emprendedor mediante eventos y foros. A esa organización la dirigí hasta diciembre último -hoy sigue adelante con un nuevo equipo-, momento en que con mis socios lanzamos LATIO 6 a partir de los aprendizajes que obtuvimos en esa etapa anterior.

¿Qué buscan con Latio 6?

Latinoamérica tiene una de las tasas de actividad emprendedora temprana (la que mide la creación de nuevos proyectos) más altas del mundo, pero muy pocas de estas nuevas iniciativas terminan convirtiéndose en empresas establecidas. Hay un “valle de la muerte” difícil de sortear. Una de las causas es la falta de formación en emprendimiento e innovación que tienen los emprendedores regionales.

Frente a esto es que surge LATIO 6. Somos una comunidad de emprendedores, presente en diferentes países de Latinoamérica, con la misión de ayudar a las personas a transformar sus ideas en proyectos escalables a través de programas de formación.

Podemos ser concebidos como una universidad no tradicional enfocada en enseñar a gobernar los diferentes elementos que hacen al proceso de innovación que une una idea con su implementación. Desarrollamos programas mixtos, es decir que tienen tanto actividades presenciales como online, enfocados en metodologías ágiles, desarrollo de habilidades blandas y mentoría.

Los otros dos socios son Sebastián Rudolph, con quien habíamos fundado E4E, y Fausto García, profesor del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, y una de las personas que más sabe de educación vinculada a la innovación en la Argentina. Los tres tenemos en común esa pasión por la educación, especialmente por generar nuevas experiencias vinculadas a ella.

¿Cuál es tu formación?

Nací en Cinco Saltos y estudié en el Instituto Ceferino Namuncurá. Luego me fui a estudiar a Mendoza y más tarde a Buenos Aires, donde sigo hasta hoy. La verdad es que más allá del colegio y estudiar otro idioma, no tuve otra educación formal en esa etapa, pero sí me aportó recursos la propia experiencia. También le asigno mucha importancia en la formación que te da el deporte, principalmente el rugby, una de mis pasiones, que jugué en La Picasa. Te enseña disciplina y trabajo en equipo como ningún otro.

La influencia familiar claramente está y es clave, sobre todo en cuanto a acompañarme en todo lo que quise hacer y darme la posibilidad de hacerlo, y en ser una guía constante para todo, una brújula.

¿Qué otra formación adquiriste?

De ciencias exactas no hice nada más; más bien paré la formación dura que te da la ingeniería para mirar desde allí otros campos, principalmente los relativos a la innovación, que tiene muchos elementos de humanidades y sociales. En todos los proyectos en los que participo siempre hay personas en el centro de lo que estamos haciendo, por eso es importante. Complementé mi formación con programas no tradicionales relativos a emprendimiento e innovación, tanto presenciales como virtuales, que es algo al alcance de cualquiera con conexión a internet. Pero sobre todo soy una persona muy curiosa, me gusta mucho leer y aprender cosas todo el tiempo. A lo que me dedico me exige estar en modo aprendizaje permanentemente, para mantenerme actualizado, por la velocidad en que cambian las cosas, pero es algo que disfruto mucho.

¿Qué te inspira?

Hay dos cosas que centrales que sirven de inspiración, al menos para mí: otras personas y tener un propósito con lo que hacés las cosas. Hay historias geniales de personas que cambiaron realidades con su trabajo, en todos los ámbitos, y estudiar sus casos sirve para movilizarte, inicialmente. Además, todas ellas tienen un propósito claro para hacer lo que hacen, tienen muy claro el porqué. Ya sea mejorar la vida de la gente, revolucionar una industria determinada, hacer más accesible la educación o combatir la pobreza. Pero el propósito es una fuerza natural irremplazable a la que agarrarse en los momentos más difíciles.

Todo lo demás tiene que ver con mucho trabajo y dedicación. No existe la idea del millón que la pega de mañana a la noche. Lo digo principalmente por tener la suerte de conocer de cerca a muchos emprendedores exitosos, y en todos hay un gran denominador común: una cantidad enorme de trabajo y una dedicación incansable. Por eso las cualidades más importantes de un emprendedor tienen que ver más con su actitud, su voluntad y determinación, que con ser un genio. Las ideas sirven pero como parte de un proceso. Solas no valen nada, lo que vale son sus implementaciones, que es donde el buen emprendedor o innovador hace la diferencia. Por suerte, esta capacidad se puede practicar y entrenar para hacerlo cada vez mejor.

Ahora estás trabajando también en el ministerio de Modernización de Nación. ¿Cómo ves que se gestiona el talento desde el Estado?

Trabajo en la Dirección Nacional de Innovación Pública como coordinador de los procesos de innovación abierta. Nuestro trabajo tiene que ver con traer un poco de lo que sucede en el mundo emprendedor a la gestión pública; creo que por eso es que estoy aquí. Hay una enorme oportunidad. Trabajamos para incorporar sus metodologías, prácticas y aprendizajes que permiten nuevas formas de desarrollar políticas públicas, de una forma más ágil y que involucra al ciudadano desde el principio.

Hace pocos meses que me incorporé a la función pública y una de las cosas que más me sorprendió, por lo menos en mi equipo, es ver el talento de la gente que trabaja aquí. Están las mejores personas de su campo en cada uno de los temas en los que están trabajando. Hay una motivación trascendente para trabajar en la función pública, que es muy distinta a la de trabajar en una empresa, que permite que esto suceda. No digo que esté bien o mal trabajar en el sector público o en el privado. Hay diferentes razones y todas válidas, pero veo que es común en personas talentosas el sentirse motivadas por aportar su granito de arena a través de la función pública, y es algo que me da muchas esperanzas.

¿Volvés cada tanto a la zona?

Vuelvo al Alto Valle al menos dos o tres veces al año a visitar mi familia que vive en Cipolletti y Cinco Saltos. Disfruto mucho de los reencuentros familiares y con amigos de toda la vida, por lo que trato de ir cada vez que es posible.

Actualmente estoy bien en Buenos Aires y mis proyectos personales y profesionales me requieren en esta ciudad, por lo menos los próximos años. Sin embargo, dejo abierta la puerta a volver algún día. Hay muchas cosas que me gustarían hacer en mi región, algunas vinculadas a lo que vengo haciendo los últimos años. Me movilizan mucho las diferencias de posibilidades que existen, sobretodo para los jóvenes, entre Buenos Aires y el interior del país: esto es algo en lo que algún día quizás lo trabaje desde el Alto Valle.

hlara@rionegro.com.ar

@HoracioLara