El incendio de un colectivo que enlutó a la familia petrolera de la región

El hecho ocurrió el 27 de enero de 1966 y fue catalogado como el más trágico accidente en la historia de YPF en el país hasta ese momento. Se trató de un incendio en el ómnibus que pertenecía a la empresa petrolera y trasladaba a 35 obreros desde el yacimiento Señal Picada, en cercanías de Colonia Catriel, hasta Cutral Co.

El luctuoso incidente ocurrió a las 20:40 de la noche de ese jueves, a unos 40 km de Catriel, en momentos en que el vehículo marca Bedford, conducido por Isaac Astorga, se dirigía hasta el lugar de descanso de los obreros, que ya habían cumplido sus tareas en el turno de 12 a 20 horas. Si bien nunca se confirmó el origen del fuego, las crónicas relatan que la llama de un fósforo encendido por alguno de los pasajeros tomó contacto con los gases que se desprendían de un recipiente con solvente que se encontraba ubicado detrás del asiento del conductor. Al inflamarse el combustible, las llamas envolvieron instantáneamente todo el colectivo y sólo aquellos que estaban sentados en lugares cercanos a la puerta pudieron ponerse a salvo en forma inmediata, entre ellos el chofer, que resultó ileso.

Otros pudieron escapar del fuego arrojándose por las ventanillas, aunque con serias quemaduras, mientras que otros no pudieron escapar y fallecieron incinerados. Si bien en un comienzo el total de víctimas fatales fue de doce y siete heridos, con el correr de los días la cifra de muertos ascendió a 17. Los cadáveres fueron trasladados hasta Plaza Huincul, a excepción del cuerpo de Alberto Allende, que fue llevado a General Roca por sus familiares.

Luego del sepelio se escucharon adhesiones de diversas entidades y autoridades, incluso gobernador Carlos Nielsen dirigió una misiva a las autoridades de YPF. Desde el gremio SUPE se dispuso un subsidio para cada familia, de acuerdo con las reglamentaciones.

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