El traslado de los feriantes podría demorarse

Despejaron Onelli pero nadie está conforme

El gobierno que conduce Gustavo Gennuso logró el despeje de la calle Onelli ya que muy temprano en la mañana, los vendedores ambulantes ocuparon los cuatro espacios dispuestos por la municipalidad.

No tuvo la misma suerte con los feriantes de la calle 25 de Mayo, entre Onelli y Otto Goedecke, que, ofuscados por las características del predio próximo a Emaus que les había gestionado el municipio, volvieron a ocupar la vereda.

“Está lleno de piedras, la gente no puede ni caminar por esos espacios. Encima somos un montón, no entramos. No nos permiten cortar 25 de Mayo pero ¿por qué les permiten a los artesanos cortar Independencia?, ¿o a los cerveceros cortar 20 de Febrero para que los gringos tomen alcohol? Acá somos todos negros. Por eso, no quieren”, gritó Fabián, uno de los tantos vendedores que se opuso a abandonar la calle.

Laura explicó que vende mercadería en ese sector desde hace 5 años: “Es la única forma que tengo de comer. No consigo trabajo. Ya soy grande y nadie me da trabajo”. Una joven que la escuchaba atenta también intervino: “Ustedes no tienen trabajo pero yo que tengo 26 años tampoco consigo”.

A unos 100 metros de estos vendedores, el jefe de Gabinete, Pablo Chamatrópulos, coordinaba tareas con los inspectores de tránsito y el jefe de la Comisaría Segunda, Osvaldo Tellería. Desde un auto que circulaba por la calle Onelli, un hombre gritaba: “¡dejen trabajar a la gente, loco!”.

“Sabíamos que el primer día iba a ser difícil. Hoy habrá que adaptarse. Pero ya hay cinco puntos feriales que están funcionando y la calle Onelli está despejada. Sabemos que hay disconformidad entre los vendedores de la calle 25 de Mayo y habrá que poner el foco ahí ahora”, señaló el funcionario municipal.

También hubo críticas por parte de algunos vendedores en el Predio Ferial Onelli. “Habrá que ver cómo funciona, si la gente que circula por acá sube a ver qué ofrecemos. Sabemos que es el primer día pero habrá que ver”, dijo Elizabeth que ocupa uno de los últimos puestos y debió disponer su mercadería sobre una lona en el piso.

Hugo, otro de los feriantes, se mostró enojado por las proporciones del puesto: “No me entra nada acá. Donde estaba antes, podía al menos colgar la mercadería. Acá ni eso. No le veo mucho futuro a esto”.