El otro lado del boom de las reservas online en la cordillera

Cada vez más viajeros eligen su hospedaje con un simple click y ya nadie duda de la importancia de estar en esa vidriera. Pero allí conviven los lugares formales y los que no lo son.

Conseguir cabaña, habitación o hostel en la cordillera está a un clic de distancia. Y hay una enorme oferta: de hecho, la mayor parte de los alojamientos están disponibles en los portales especializados. El problema es que allí conviven unos y otros, los formales y los informales, una competencia que, dicen los alojamientos habilitados, es desleal.

Pablo Molteni se dedica a la hotelería hace más de una década en Bariloche. Para él resulta “fundamental” estar presente en portales especializados como Booking, Hostelworld, Expedia, y Despegar, entre otros. Como dato, asegura que el 64% de las reservas en Achalay, el hostel que comanda, se originan en esos portales contra el 10% que significaban a comienzos del 2000.

Pablo gestiona las reservas desde la computadora de la recepción. Allí tiene acceso a un “backoffice” que le permite subir fotos, ajustar la disponibilidad de cuartos, los precios y hasta decidirse por participar de los descuentos y ofertas de “último minuto” que propone el portal de turno.

Pero toda herramienta, por más beneficiosa que parezca, tiene una falla. Este es el caso de Airbnb, “el Google del alojamiento” según Pablo, donde conviven los habilitados y los informales. “Es competencia desleal”, sostiene ante la aparición de precios significativamente más bajos y que obligan a que los demás revisen sus tarifas. “La cama que no vendés hoy, la perdés”, dice sobre las rebajas a las que se tiene que someter contra arrendatarios que no tienen “costos fiscales”.

En San Martín de los Andes la situación es similar. Sólo en esta localidad hay 400 establecimientos –formales e informales– que se ofrecen en sitios de comercialización online. “Se blanquea el mercado, lo que es bueno por el abanico de tarifas en todas las ofertas de calidad”, sostiene Agustín Roca, presidente de la Asociación Hotelera y Gastronómica de San Martín de los Andes, aunque advierte que también son la ventana principal de la oferta informal.

En San Martín de los Andes no hay una ordenanza que regule las casas particulares o departamentos que se ofrecen turísticamente, por lo tanto gran parte de la oferta de camas está fuera del sistema. “El tema de las camas ilegales es un impacto negativo para el mercado. Es una competencia desleal, donde el más perjudicado es el empleado o el personal que trabaja fuera de convenio atendiendo casas particulares, además del estado que no logra recaudar ni puede controlar”, señala Roca.

En ese marco, detalló que están trabajando para limitar bajo sanciones “esa moda de alquiler que también perjudica a la localidad sacando del mercado casas para viviendas permanentes”. “Es desleal y hasta peligroso que se ofrezcan esas viviendas sin control ”, concluyó.

Hace dos años, en Villa La Angostura, sólo un puñado de alojamientos operaban a través de los sitios de comercialización hotelera online. Hoy, la mayoría, de alta, mediana y baja categoría tienen un pie en los grandes portales de venta en internet.

“Es obligatorio estar en estos sitios por la visibilidad, que es inmensa. Hoy con los teléfonos móviles van llegando las ofertas y se hacen las reservas en el momento”, comenta Nylda Fernández, hotelera y representante de FEHGRA y la Asociación de Hoteles de Villa La Angostura.

Por un lado, los sitios como Booking –líder en el mercado– permiten a los complejos vender aquellas habitaciones que les quedan vacías y que antes de perder una noche, prefieren ofrecerlas a precios muy competitivos para salvar los costos. La comisión que cobran los sitios es alta, y en el caso de Booking (entre un 15 y 17% de comisión en dólares) al ser una empresa con sede en el exterior, los establecimientos no pueden descargar IVA.

Para muchos hoteles y cabañas, sobre todo los más nuevos que no tienen clientela cautiva, estar en la web es imprescindible para captar turistas y las reservas que reciben por estos sitios representan más del 50% de la demanda. Son una vidriera permanente.

En los establecimientos de muchos años, que ya tienen huéspedes frecuentes, el sistema aporta reservas para las temporadas bajas y las ofertas de último momento de las habitaciones que no lograron vender de manera directa. Pero también garantizan reservas para las temporadas más altas, un escenario que antes no se daba.

“Hoy, para un establecimiento de varios años, las reservas por web puede llegar a ser del 30%. No sólo para las temporadas bajas, también se vende a través de estos sitios para la temporada alta de verano, porque te garantizás esa reserva mucho más rápido y con anticipación”, agrega Fernández, y apunta que los sitios resultan más prácticos y ágiles para el turista a la hora de hacer una reserva. “Tengo clientes de años que en vez de contactarme directamente, me reservan por estos sitios”, señala.

Para el prestador hotelero y gastronómico de El Bolsón, Miguel Sosa, el prestador “debe estar habilitado, lícitamente operando y pagando los impuestos que correspondan. Los que rechazan este tipo de modalidad es gente que no está autorizada. Los establecimientos que trabajan en la informalidad no son muy amigos de usar las plataformas porque los obliga a blanquear sus operaciones. El desafío es hacerles entender que a medida que estén más visibles van a poder facturar mejor y tener mejores ingresos. De todas maneras, aún es un tema cultural nuestro –en la Patagonia y en el país–, donde pareciera ser que es mucho más rentable trabajar en negro que hacer las cosas bien”, opinó Sosa, presidente del Grupo de Empresarios de Servicios Turísticos (Gestur).

alfredo leiva

Buscar alojamiento desde el escritorio, una costumbre que crece.

En números

Bariloche presiona sobre Airbnb y Booking

El rápido crecimiento en el uso de portales de alojamientos llamó la atención del municipio. Hace tan solo algunas semanas el Ejecutivo intimó a las filiales argentinas de Booking y Airbnb para que se limiten a promocionar únicamente a los establecimientos habilitados.

El conflicto se originó tras detectar la presencia online de hospedajes que no se encontraban inscriptos en el Registro Municipal de Alojamientos Turísticos. Según la ordenanza los oferentes deben dar a conocer el tipo de establecimiento, la categoría y el número de registro otorgado por la Secretaría de Turismo.

El secretario de Turismo, Gastón Burlón, dijo que la Asesoría Letrada aún aguarda las respuestas de los portales. No obstante reconoció que los arrendatarios terminan por acudir a internet “para tratar de ser competitivos y tener mejores precios”.

Su experiencia como agente de viajes le permite afirmar que, a pesar de que la tendencia es comprar por internet, los turistas volvieron a apostar por el “cara a cara”.

El funcionario explicó que los visitantes reconocen el servicio que puede ofrecer una agencia de viajes, y las recomendaciones personalizadas a las que pueden acceder. “De a poco la gente se empieza a inclinar por el trato personal”, confió.

Cien plazas se regularizaron en La Angostura

Desde el 2015 Villa La Angostura tiene una ordenanza que busca regular la oferta informal de propiedades particulares que se ofrecen como alquiler turístico. La cantidad de cabañas y departamentos que se han regularizado como ATT (Alojamiento Turístico Temporario) alcanzarían las 100. Son muchas plazas que se sumaron a la oferta tradicional y que hoy se venden a través de los sitios. A eso se suman las plazas informales que siguen coexistiendo y vendiendo en los motores de búsqueda.

Las ATT han obligado al mercado a ser más competitivo y ofrecer tarifas muy tentadoras. Creció la oferta formal, pero la demanda sigue siendo más o menos la misma.

“Te impacta las ATT cuando es temporada baja, como siempre. Cuando sobra el trabajo no te afectan”, advierte Fernández.

“El tema de las camas ilegales es un impacto negativo para el mercado. Es una competencia desleal”.

Agustín Roca, presidente de la Asociación Hotelera y Gastronómica de San Martín.

“Tengo clientes de años que en vez de contactarme directamente me reservan por estos sitios”.

Nylda Fernández, de la Asociación de Hoteles de Villa La Angostura.

Consejos para

los usuarios

Hay que informarse bien de las normas que rigen en cada caso: cada plataforma de alquiler vacacional tiene sus propias normas de intermediación entre propietario e inquilino.

Hay que asegurarse de conocer todas las cláusulas del servicio que se va comprar, como las ofertas, condiciones, y políticas de cancelación.

Hay que intentar conseguir información sobre el departamento.

Leer los comentarios que dejan los usuarios es muy importante. Puede demorar el trámite, pero es mejor prestar atención a las opiniones de quienes estuvieron antes en ese lugar.

Visitar mapas online para comprobar el lugar en el que está la cabaña o departamento e alquiler.

También hay que estar atento al sistema de pago y que sea un sitio seguro

Si el usuario se queda con dudas con la información disponible en la web, hay que consultar. A veces, para estadías largas, hay detalles fundamentales y para eso nadie mejor que los administradores de la plataforma o inmobiliaria para poder resolverlos.

Si las cosas no salen como estaba previsto, hay que reclamar.

Datos

50%
de las reservas suele llegar a través de los portales de turismo, indican los empresarios.
20%
creció en un año la oferta de lugares disponibles en los sitios web.
15-17%
es la comisión que cobran los sitios de alquiler temporario a los hostels, hoteles y departamentos que deciden publicar.
“El tema de las camas ilegales es un impacto negativo para el mercado. Es una competencia desleal”.
“Tengo clientes de años que en vez de contactarme directamente me reservan por estos sitios”.

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