Neuquén tiene casi 6.000 vecinos nuevos

Un total de 5.822 personas se radicaron en la provincia de enero a octubre de 2017. El 35% se instaló en la capital y el resto se distribuyó fundamentalmente entre la zona petrolera y las ciudades de la Confluencia.

Los datos surgen de los cambios de domicilio solicitados en el Registro Civil. Esto significa que puede haber personas que hayan venido a Neuquén desde cualquier sitio, estén viviendo hace meses, y no hayan hecho el trámite aún. El número no incluye los movimientos internos, es decir quienes se mudaron, por ejemplo de una localidad a otra dentro la provincia.

De acuerdo a las cifras oficiales el año pasado hubo 8.061 personas que se registraron de las cuales 3.827 fueron a la capital (47%), 1.150 al área donde se desarrolla fuertemente la actividad hidrocarburífera, que alcanza a San Patricio del Chañar, Añelo y Rincón de los Sauces, (14,26%), y 890 a las localidades aledañas a la ciudad de Neuquén que abarca Senillosa, Plottier y Centenario (11%).

En diez meses de 2017 hubo 5.822 personas que requirieron el cambio de domicilio, de las cuales 2068 fueron a Neuquén capital (35%), 780 a la zona petrolera (13,4%), y 555 en Confluencia (9,5%).

Lo de 2016 significó un verdadero récord, ya que el director provincial de Registro Civil, Santiago Nuñez, indicó que el promedio de personas que se radican anualmente suele rondar las 5.000.

“Nosotros lo que entendemos es que tiene que ver principalmente con una cuestión de lo que representa Neuquén frente al resto del país. Neuquén se ve como una tierra de oportunidades, todas las oportunidades de inversiones y demás, sin duda Vaca Muerta. Todo eso motoriza, también uno lo ve en cuanto a todo lo que tiene que ver con turismo”, ensayó Nuñez como una explicación posible.

Los indicadores socioeconómicos, en el conglomerado Neuquén-Plottier, no han sido alentadores en el último período. La tasa de desocupación es el porcentaje de población económicamente activa que no tiene una actividad y la está buscando. En el primer trimestre del año fue de 5% mientras que en el segundo saltó a 7,5%, superó el promedio de la región Patagónica, y en las mujeres de hasta 29 años llegó a los dos dígitos: trepó a 19,6%.

Las últimas cifras disponibles respecto de la zona petrolera tampoco son favorables. La dirección provincial de Estadística y Censos señaló que en el tercer trimestre de 2016 la desocupación en Añelo fue de 9,5% y en Rincón de 7,8%.

Nuñez difundió además la cantidad de nacimientos, uniones convivenciales, y nombres controversiales. (ver aparte)

Actas

Las cifras se estimaron en base a los cambios de domicilio solicitados. Puede haber personas que viven en Neuquén hace tiempo, pero no realizaron el trámite.

Un niño fue inscripto con el nombre Macho

El Registro Civil neuquino aceptó la inscripción de un niño con el nombre Macho, pese a la connotación negativa que puede atribuírsele por reforzar estereotipos de género. El titular del organismo, Santiago Nuñez, consideró que no resultaba “ofensivo ni vejatorio”.

El Código Civil y Comercial establece que la elección corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización. Lo que impide es inscribir “prenombres extravagantes” y admite “derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas”.

El cambio de nombre es posible, pero requiere la autorización judicial, salvo por razón de identidad de género y/o por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supresión del estado civil o de la identidad.

“Este año tuvimos un chico que le pusieron de nombre Macho y como nosotros entendimos que no era ofensivo ni vejatorio para el niño le podía poner tranquilamente así”, aseguró Nuñez.

Agregó: “tuvimos un Rollo que entendemos que es por la serie Vikingos, expresamente pidió que fuera con doble ele. Tuvimos una nena que le pusieron Arwen (personaje de El Señor de Los Anillos). No dejamos de sorprendernos con los nombres”.

Mencionó que “el único que no autorizamos fue un chico que el padre le quería poner “Agusto mío” y de hecho se mofaba que el nombre del hijo se le decía “a gusto de él”, explicó.

Sostuvo que los límites para la admisión son “que el nombre sea vejatorio, humillante, que sea estigmatizante”. Recordó el caso de Santa Fe que a un chico le permitieron llamarse Lucifer.