¿Estaremos ante la silla de ruedas que conquistará el futuro?

Vertical, veloz y autónoma, permite al usuario recuperar su postura erguida, lo cual se traduce en beneficios psicológicos y orgánicos. Su inventor es un educador y empresario italiano.

No todo lo que brilla es oro en materia tecnológica, sobre todo cuando entran en juego las patentes, las reglas del mercado, los socios inversores y los intereses del comercio internacional. Sin embargo, si un producto o bien supera todos esos obstáculos y a la vez presta un servicio que ninguno de su tipo cumplió antes, puede que empiece a escribir un capítulo nuevo y con mayúsculas en la azarosa Historia de los Inventos.

Tal parece que una silla de ruedas presentada hace poco en Italia podría ser la solución del futuro para quienes han perdido la movilidad de sus piernas.

Concebida por el italiano Mario Vigentini para romper tabúes, MarioWay es una innovadora silla de ruedas que podría cambiar la vida a las personas con discapacidades motrices y sobre todo su relación con los demás.

Eléctrica, sobre dos ruedas en vez de cuatro, esta silla ergonómica se inspira en el Segway, el popular vehículo de transporte ligero giroscópico eléctrico de dos ruedas, de moda en Europa.

La silla se puede conducir sin manos, es cómoda y permite a la persona discapacitada estar a la altura de su interlocutor, facilitando además tareas de la vida diaria, como pedir un café desde el mostrador de un bar o tomar un libro de un estante alto, algo imposible hasta ahora.

En nuestra moneda, su precio es exorbitante, unos 400.000 pesos. El artefacto lanzado al mercado europeo hace pocas semanas, cuesta unos 19.300 euros o 22.500 dólares. Un precio muy alto al lado de una silla de ruedas eléctrica convencional, cuyo valor en nuestro país se sitúa en torno de los 40.000 a 50.000 pesos, aunque también las hay de casi 100.000 pesos. Usadas en buen estado pueden conseguirse por poco más de 20.000 pesos.

El nuevo vehículo fue presentado en junio a los ministros de Transporte del G-7 reunidos en Italia como un ejemplo para el futuro de la movilidad. “Quería crear un instrumento para la integración social”, contó Vigentini, de 45 años, en la sede de su empresa en Bérgamo.

Marioway es el resultado de su trabajo como educador de jóvenes con discapacidad, tanto mental como física, explicó. “Ha sido una aventura increíble”, confiesa. Lo que lo empujó a inventar una silla tan particular era el deseo de cambiar “la actitud de la gente, llena de prejuicios”, confiesa. Algunos llegaban a “tratar a los discapacitados como si fueran niños”, lamenta al notar cómo la asimetría física afecta también las relaciones sociales.

En una silla de ruedas tradicional, “la persona está en una posición donde todos los ángulos están cerrados y los órganos de la parte superior del tronco comprimidos” recalca.

“MarioWay es todo lo contrario. Se goza de todos los ángulos y se recupera el movimiento de la parte superior del tronco”, lo que genera muchos beneficios para la salud, asegura Vigentini.

El vehículo, como prefiere llamarlo, tiene unos “sensores que leen la posición del cuerpo” y ello permite conducirlo.

La original silla promueve también la independencia, ya que algunos gestos que parecían imposibles resultan más fáciles y los objetos más accesibles.

“Estamos haciendo todo lo posible para lograr un precio más democrático”, asegura Vigentini, que espera poder reducir su valor a unos 10.000 euros con la entrada de un socio industrial.

MarioWay viaja a 20 km por hora, tiene una autonomía de 30 kilómetros y en el futuro podría ser utilizada por todo tipo de usuarios, discapacitados y no, como un sistema nuevo para movilizarse en las ciudades, reduciendo además muchas diferencias.

“Es lo contrario a una silla tradicional. Se goza de todos los ángulos y se recupera el movimiento de la parte superior del tronco”.

Mario Vigentini, inventor y empresario.

En pesos argentinos

Datos

“Es lo contrario a una silla tradicional. Se goza de todos los ángulos y se recupera el movimiento de la parte superior del tronco”.
$ 400.000
o 19.300 euros (22.500 dólares) es el precio con que la silla salió al mercado en Italia semanas atrás.

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