¿Hay que bañarse todos los días?

Ni tan seguido, ni con tanto jabón: consejos para la higiene corporal.

Para algunos es esencial el primer café, para otros, una buena ducha: cada persona tiene sus rituales para despertarse por la mañana y sacarse de encima la somnoliencia. Una larga ducha con un gel de rico aroma forma parte de la rutina de muchísimas personas. Sin embargo, en términos de higiene corporal, no es necesario ducharse todos los días.

Para muchos dermatólogos, si se llevan a cabo actividades normales, basta con ducharse entre dos y tres veces a la semana. Y es que cada vez que uno se baña -ya sea con un baño de inmersión o una ducha-, se eliminan numerosas bacterias de la piel. Se estima que en la piel viven más de 10.000 especies de bacterias, que forman parte de la flora natural de la piel. Su función es muy importante: actúan como agentes repelentes de enfermedades.

Por eso quien se baña muy seguido y con mucho jabón probablemente esté contribuyendo a neutralizar demasiado esa capa ácida, lo que afecta el equilibrio bacteriano de la piel. Una piel sana logra recomponer ese equilibrio rápidamente. Pero si se trata de una piel más bien seca, la ducha frecuente puede producir eccemas.

Por otra parte, dado que la piel es el mayor órgano del cuerpo, las bacterias y gérmenes que se encuentran en ella también pueden convertirse rápidamente en agentes agresores. Eso sucede cuando la piel está lastimada o se ve atacado el sistema inmunológico: en esos casos, las bacterias, gérmenes y hongos se meten en las capas más profundas de la piel, lo que puede causar infecciones.

Muchos dermatólogos sostienen que para asegurar una buena higiene corporal y una piel suave basta con limpiar a diario las zonas con mayor densidad de glándulas sudoríparas y bacterias con agua tibia. Esas partes del cuerpo son las axilas, las manos, los pies y los órganos genitales. Ni siquiera hace falta usar jabón.

Quien hace un trabajo corporal duro o suda mucho sí debería darse una ducha, aunque no hace falta que se enjabone cada vez. Quien tiene piel seca pero no quiere renunciar a la ducha de la mañana, debería dosificar el empleo de jabón o gel de ducha para no alterar demasiado la grasitud de la piel.

Tampoco hay que exagerar con los peelings corporales. Si bien tienen sentido, sobre todo en el caso de pieles escamosas, hay que hacerlos sólo una vez a la semana de modo de eliminar las escamas excedentes. Además, el peeling favorece la circulación, lo que ayuda a tener una piel sana.

Por último, ¿qué es mejor para la higiene? ¿El jabón o el gel de ducha? En general, se trata apenas de una cuestión de gusto. Pero sí es importante usar limpiadores suaves para evitar reacciones alérgicas. Tampoco se recomienda usar para todo el cuerpo jabones antisépticos.

En cuanto a ponerse crema, es especialmente recomendable en el caso de pieles secas, ya que debido a la ducha y el posterior frotado con la toalla la piel pierde humedad. Una loción corporal puede ayudar a restablecer el equilibrio.

Sin embargo, hay una excepción a estas normas de higiene: las manos hay que lavarlas lo más frecuentemente posible, ya que la mayoría de los agentes patógenos llegan al cuerpo a través de las manos. Para evitarlo, es imprescindible lavarlas después de ir al baño y antes de comer.

¿Y el cabello? Muchas personas lo lavan todos los días para poder peinarlo mejor. Sin embargo, alcanza con lavarlo cada tres días, siempre y cuando no se trate de un cabello muy graso: en ese caso necesita una higiene más frecuente. Si se va a lavar el cabello todos los días, lo recomendable es usar al menos un champú suave, de modo de evitar que se reseque el cuero cabelludo, porque eso puede generar caspa.


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