La casa que une a Roca y a De Nevares

En el museo Paraje Confluencia se guarda un mueble señorial que fue la mesa de trabajo del general Julio Argentino Roca y que sus hijas le obsequiaron al primer obispo de Neuquén.

La historia de la provincia de Neuquén es como una herida que no termina de cicatrizar y como el poder político estableció su propia versión, aún quedan aspectos que pueden llegar al límite de lo llamativo. El primer gobernador del Territorio Nacional de Neuquén, Manuel Olascoaga, siempre se opuso a trasladar la capital desde Chos Malal a la Confluencia porque decía que era como poner un guardia en el fondo de una casa. El poder que regía antes del inicio de la democracia en 1983 logró que sus restos descansen ¿dónde? En el punto más alto de la Confluencia.

Hay otro sitio que guarda en su interior un objeto que une dos polos opuestos desde la concepción ideológica que no fueron contemporáneos. El escritorio donde Julio Argentino Roca probablemente escribió su plan para conquistar territorio en contra de los indígenas después fue obsequiado a quien fuera defensor de los mapuches que defendían su territorio, el obispo Jaime De Nevares.

Este tesoro que permite asomarse a la historia que aún no está cerrada de la provincia se lo puede encontrar de martes a domingos, el lunes está cerrado, en una de las salas del Museo Paraje Confluencia.

Está ubicado en lo que fue en su momento la Antigua Colonia Ferroviaria N° 6. Su estructura original, al final de la calle Córdoba e Independencia a orillas del pasaje Héroes de Malvinas, difunde y recrea parte de la historia social de esta ciudad.

Posee 4 salas para tal fin y una biblioteca con valiosos documentos y bibliografía especifica relacionada a temas históricos, que es visitada por numerosos investigadores locales, según se indica en la presentación del museo en la municipalidad de Neuquén.

En una de las estaciones del Vía Christi del Cerro de la Cruz en Junín de los Andes, se recrea un mensaje de Jaime de Nevares en el corazón de los conflictos con mapuches. Es la que, con su manera única, recrimina: “No faltan los que teniendo tierras vecinas a las ‘reservas’ corren los alambrados y les roban a los indígenas lo poco que tienen”.

De Nevares fue el primer obispo de la Diócesis de Neuquén y provenía de una familia de la alta sociedad de Buenos Aires. Su opción por los pobres y los mapuches y el distanciamiento con el poder político provincial y militar de la época lo hizo brillar en la vereda de la defensa de los derechos humanos.

“Mesa de trabajo que perteneció al general Julio Argentino Roca, obsequio de sus hijas al primer obispo de Neuquén Jaime Francisco De Nevares”, reza el cartel que se ubica sobre el señorial mueble de madera de unos dos metros de largo, con cuatro cajones a los costados y un frente con una serie de huecos que oficiaban de ordenador.

La historia de la provincia requiere una resignificación, donde los símbolos tengan relación con lo que impulsaron en vida.

Punto de encuentro: Neuquén

Datos

La historia de la provincia requiere una resignificación, donde los símbolos tengan relación con lo que impulsaron en vida.

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