La sonrisa de Gerónimo, el día después de cantar con Abel Pintos

El niño oriundo de Cutral Co dejó a todos boquiabiertos en la última noche de la Fiesta de la Confluencia, después de que el cantautor lo invitara a compartir con él una versión de “La llave”.

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Gerónimo Paredes Haag todavía no sale de su asombro. Es que a los 12 tuvo la posibilidad de cantar con su ídolo, Abel Pintos, y la sonrisa y el brillo de los ojos no se le borran de su cara desde entonces.

La multitud que fue a presenciar la última noche en la fiesta de la Confluencia no lo intimidó, y pudo cantar junto al artista nacional. “La Llave” fue el tema que eligió y compartió ante el público.

“Cuando Abel me dijo: hoy escuché unos videítos tuyos y cantas muy lindo, yo lloré de la emoción”, cuenta mientras de fondo suena el momento que compartió junto al músico bahiense.

El público quedó cautivado por el niño desde antes del recital, cuando el locutor lanzó la pregunta al aire: “¿quién quiere cantar?”. Y todos coreaban el nombre de Gero. Entonces ahí hizo a capella un pedacito de “Cómo te extraño”.

Una vez que comenzó el recital, el chico seguía con el cartel y su papá, para que viera mejor, lo sostuvo en los hombros. Sin embargo, el público le pedía que lo bajara.

Lo cierto fue que el cartel fue a parar al escenario y “no sabemos si lo leyó o no, pero bueno, pude cantar”, comenta.

Ya avanzado el espectáculo, y cuando la gente le gritaba a Abel: “leé el cartel”, el artista se dirigió hacia un costado y luego de hablar con alguien dijo: “Hay un inconveniente técnico” y “no podemos dejarlo subir y pasarlo como una bolsa, tiene que venir con un mayor”, recuerda Gero.

Hasta que finalmente, después de que el público coreó su nombre, lo hicieron traspasar la valla de contención, lo mismo que su padre y se dirigieron hacia la rampa. Recuerda que “me quedé paradito ahí donde estaba la gente de la producción y el sonido y (de pronto) lo veo a Abel que me hace señas para que vaya”.

Y siguió el momento que no puede sacar de su cabeza. A pesar de la emoción, recuerda que después del fuerte abrazo, logró decirle a Abel: “sos el mejor”. A lo que el cantante respondió: “no, vos sos el mejor. Estuve escuchando y cantás muy lindo”.

En ese diálogo, que la multitud no escuchaba, Abel le preguntó qué tema quería cantar. “Había pensado dos opciones: El Adivino o Sin Principio Ni final”, cuenta. Pero como ya los había interpretado, pensó en “La Llave”.

Y después de acordar quién empezaba primero, interpretaron juntos uno de los temas más emblemáticos de la carrera del músico. “No podía creerlo porque pasé de escucharlo todo el tiempo en el auto, a estar un metro de distancia”, dice y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas.


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