Las Grutas busca consolidar el avistaje como producto turístico

En poco más de un mes comienza la sexta temporada de avistaje embarcado de ballenas y otros mamíferos marinos en el Golfo San Matías. Estos viajes, que aún se hacen de forma experimental, se formalizarán para transformarse en un producto turístico.

Pero no será este año. La secretaría de medio ambiente y desarrollo sustentable de la Provincia anunció, a través de su subsecretario Guillermo Ceballos, que este mes comenzaría a trabajar un nuevo coordinador de áreas naturales protegidas y fauna. Y aunque su primera misión estaría ligada a comenzar con reuniones para definir todo lo atinente al período de avistaje que se viene, no habría tiempo ni posibilidades concretas de pensar en formalizar las pautas de la actividad.

Pero, el mismo grupo de profesionales de la sede local de ciencias marinas de la Universidad Nacional del Comahue (UNC) que evaluó por tres años el impacto que la actividad produjo en la zona, ahora está gestionando fondos para la realización del plan de manejo. Lo financiaría el mismo organismo que pagó lo anterior: el Concejo Federal de Inversiones (CFI). “Presentaremos el proyecto en breve. La idea, una vez aprobado el financiamiento, es comenzar con el desarrollo, algo que nos demandaría todo este año y parte del entrante”, manifestó Raúl González, uno de los biólogos que lidera el trabajo.

Ese plan definirá la cantidad máxima de prestadores, las embarcaciones que se utilizan, la cantidad de pasajeros, etc. “Hoy es de 10 el cupo máximo de turistas por embarcación. Teniendo en cuenta el estudio de impacto, queremos reformular esa cantidad: 10 personas ya no es rentable; el máximo podría ser de 50. Aunque se aconsejaría no aumentar la carga de empresas. Propondríamos un máximo de 5 prestadores operando, con 6 embarcaciones como mucho”, adelantó González.

Con respecto a las embarcaciones, los profesionales buscarán “mejorar las que hay (que son abiertas) para hacerlas cabinadas, más abrigadas. De hecho, las encuestas de satisfacción que en su momento fueron completadas por los pasajeros ponían el acento en que les hubiera gustado navegar en un espacio más protegido” comentó el biólogo.

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