Otro derrumbe en los acantilados

El fin de semana se desmoronó un sector en la playa de Las Grutas. No hubo víctimas pero alertan sobre la necesidad de realizar moniteros y piden precaución a los turistas

El derrumbe, durante el fin de semana, de una importante porción rocosa muy próxima al tramo que se desprendió el 14 de diciembre último en la bajada de Los Acantilados, puso en alerta a los integrantes de la asociación ambientalista Inalafquen, que debido a la proximidad de los dos eventos aconsejaron que el municipio organice un urgente monitoreo del frente costero que resguarda playas habilitadas.

“Consideramos necesaria esta medida de acción porque afortunadamente el derrumbe no afectó a los turistas que estaban en la zona. Por eso, con el asesoramiento de expertos, hay que recorrer la costa para detectar fisuras que podrían ocasionar caídas inminentes, para efectuar un desprendimiento controlado”, dijo ayer la ingeniera Patricia Llonch, que integra la fundación.

Justamente, la profesional recordó que el último monitoreo se realizó hace casi 10 años, antes del inicio de la temporada 2007-2008. Lo hizo un equipo compuesto por un bombero experto en esas detecciones y un geólogo que recorrieron, incluso auxiliados por arneses en áreas muy altas, el frente rocoso ‘tentando’ los bloques más frágiles para determinar la conveniencia o no de facilitar su caída.

“No es una tarea que pueda hacer cualquiera. Porque si se carece del conocimiento para detectar cuáles son las áreas a punto de caer, se puede generar el efecto opuesto, acelerando el derrumbe de tramos”, subrayó Llonch.

Tras el desprendimiento del bloque de diciembre, desde la municipalidad efectuaron una recorrida por el área, pero sin el nivel de precisión que requieren este tipo de procedimientos.

Además, pese a que en varios puntos existe cartelería que indica la peligrosidad de acampar o permanecer justo debajo de los acantilados, la ambientalista pidió que se refuerce la concientización acerca de esta medida precautoria, que a veces suele ser desoída por los turistas.

Por ejemplo, para proteger la fragilidad de los acantilados de vibraciones que podrían efectuar derrumbres está prohibida la circulación vehicular y el estacionamiento sobre el área costera. Pero aún así, turistas y vecinos utilizan el área como si se tratara de cualquier tramo céntrico.

“Estamos planeando reforzar los controles, porque vemos que ingresan y estacionan como si no estuviera vedado”, manifestó ayer Mario Hernández, el director de tránsito municipal.

Lo cierto es que la actitud de los automovilistas y la ausencia de controles constituye un grave peligro.

Para proteger la fragilidad de los acantilados de vibraciones está prohibida la circulación vehicular y el estacionamiento.

Datos

Para proteger la fragilidad de los acantilados de vibraciones está prohibida la circulación vehicular y el estacionamiento.

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