Pros y contras de las operaciones con láser

Todos quieren ver bien. Pero para algunas personas eso significa depender siempre de un par de lentes de contacto. Salvo que se animen a una operación con láser, lo que permite en la mayoría de los casos ver sin ninguno de estos “bastones”. Sin embargo, esta operación no es para cualquiera.

El método más difundido para operar con láser es el LASIK. Con esta técnica se puede corregir la miopía en un máximo de menos diez dioptrías, mientras que la hipermetropía se puede corregir en más tres dioptrías y el astigmatismo en unas cuatro dioptrías. Para poder someterse a una operación, el paciente debe ser mayor de edad. Tampoco se recomienda más allá de los 60 años porque de todas formas a partir de cierta edad la vista se va deteriorando. Tampoco pueden operarse las personas con glaucoma o cataratas o con reuma o con enfermedades en los tejidos conjuntivos.

Antes de empezar, es importante que el paciente sepa que se pueden producir infecciones en el ojo. Algunas personas se quejan de sentir los ojos secos en el primer año posterior a la intervención. También puede ser que por un tiempo vean haces alrededor de las fuentes de luz o imágenes dobles. Aunque el mayor riesgo es que el problema en la vista no se corrija del todo. Es decir que el paciente debe hacerse a la idea de que quizá necesite seguir usando anteojos o lentes de contacto tras la operación para ver perfecto. A veces también se comienza a ver nuevamente mal tras algunos meses o años.

Cuanto menos impedida estaba la vista antes de la operación, mejores son las chances de ver luego bien sin lentes. Y lo bueno es que si se necesitan anteojos tras la operación, seguramente tendrán menos aumento que los anteriores. También hay que tener en cuenta que después de los 50 años se suelen necesitar anteojos para leer, con o sin operación.

En la semana previa a la operación no hay que usar lentes de contacto blandas. En el caso de las duras hay que evitarlas dos a cuatro semanas antes. Antes de la intervención, el paciente recibe un calmante. Además, se anestesian los ojos con gotas. La operación no es dolorosa y pasa rápido: lleva entre cinco y diez minutos por ojo. En general, se operan los dos ojos juntos. Una vez que finalizó, el paciente se va a casa.

El método LASIK consiste en separar una capa de unos 0,15 milímetros de la córnea y levantarla como una tapita. Luego se “esculpe” con el láser la parte interior de la córnea para corregir el problema de visión y finalmente se coloca la tapita de nuevo, que se pega sola.

Los primeros días después de la intervención, el paciente no debe frotarse los ojos. En general, un día después ya se puede hacer vida normal. Pero si se siente dolor o hay malestar hay que acudir al médico.

dpa


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