Rescataron el cuerpo del andinista

Diego Larraburu murió tras caer unos 500 metros en una grieta del volcán Domuyo. Tras arduas tareas de rescatistas y un helicóptero, llegaron ayer al cuerpo y lo bajaron. Crecen las escaladas sin ningún tipo de regulación ni registros.

Un equipo de rescatistas recuperó ayer el cuerpo del joven andinista Diego Larraburu, que murió el lunes al caer en una grieta del volcán Domuyo.

Tras arduas tareas, el helicóptero de la provincia de Neuquén pudo llegar hasta el lugar y descender el cuerpo del escalador neuquino.

Bien temprano, mientras un grupo de 32 personas inició el ascenso al volcán para dar con la víctima, en paralelo, un helicóptero sobrevoló la zona pese a las malas condiciones climáticas.

Larraburu murió el lunes mientras bajaba junto a un compañero del Domuyo. Estaban preparándose para un ascenso del Aconcagua, la cumbre de América.

Diego cayó en el glaciar sureste, cerca de la ruta convencional, tras rodar una 500 metros.

Los andinistas se encontraban en la zona desde el sábado y tras permanecer en el campamento base el domingo, el lunes trataron de hacer cumbre pero los fuertes vientos los hicieron desertar y cuando regresaban se produjo el accidente que le costó la vida al joven de 33 años.

No es la primera vez que se registraron muertes en el Domuyo de 4.709 metros. (Ver recuadro)

La falta de regulación de la actividad de los andinistas en la zona norte de la provincia es un riesgo para los que se arriesgan en “el Techo de la Patagonia”.

Larraburu y Franco Gavetti llegaron el sábado a la zona de Aguas Calientes y el domingo se trasladaron hasta el campamento base. Allí estuvieron haciendo aclimatación para intentar hacer cumbre el lunes.

Larraburu y Gavetti partieron el lunes a las 4:30 de la madrugada y estuvieron a poco de lograrlo, pero el viento y la hora tope que planificaron para lograrlo
–las 14:30– los hizo regresar.

Bajaron por una ruta no convencional y de mayor dificultad y el accidente ocurrió alrededor de las 16, oportunidad en la que Larraburu, por razones que se desconocen y que son motivo de investigación cayó unos 500 metros en el glaciar sur este, cerca de la ruta convencional. Su compañero decidió descender hasta el campamento base donde pasó la noche y con la primera luz del día se trasladó a Varvarco. En el Destacamento Policial relató lo ocurrido.

Cerca de las 17, el helicóptero de la provincia hizo una aproximación en el lugar del accidente y detectó el cuerpo de Larraburu, a unos 4000 metros y regresó a Chos Malal.

Horas más tarde se organizaron los operativos de rescate del cuerpo del infortunado andinista.

Rescatistas y montañistas de Chos Malal, junto a personal del Escuadrón 30 de Gendarmería y guías de Varvarco llegaron con vehículos hasta la base del Domuyo, mientras que el helicóptero se trasladó nuevamente hasta el lugar donde levantó a los rescatistas Héctor Valdez y Horacio “Beto” Fuentes”.

Ricardo Cermozoni, piloto del helicóptero, hizo una aproximación a unos 100 metros del lugar y los rescatistas bajaron y caminaron hasta donde estaba el cuerpo y lo trasladaron en una camilla hasta la nave.

El rescate se produjo a las 10:20 de la mañana

El cuerpo de Larraburu fue sometido a pericias forenses y dependía de los resultados si se le hacía o no la autopsia. Si bien el andinista tenía la ropa adecuada, trascendió que no contaba con crampones y casco.

“Nadie controla nada, suben sin ningún medio de comunicación, y eso con el tiempo puede ser un desastre, nadie sabe quién sube y quién baja”.

Mario Daniel Ferreira, director de Defensa Civil de Chos Malal.

El lunes Larraburu y Gavetti partieron hacia la cumbre del Domuyo a las 4:30, pero el viento

y la hora tope programada evitó

el objetivo.

Un caso que expone la necesidad de regular

La muerte del andinista Diego Larraburu pone en el tapete una vez más la urgente necesidad de regular la actividad en la región.

Nadie sabía que estos andinistas estaban en la zona y otros tantos pasan sin ser anotados en algún registro oficial .

En los rescates, los elementos son aportados por los propios montañistas, lo que deja en evidencia que además de la falta de controles no se cuenta con los elementos necesarios para este tipo de rescates y tampoco con la infraestructura en la base del cerro.

Las condiciones físicas de quienes se aventuran en las ascensiones tampoco son evaluadas por algún organismo competente.

En este marco de precariedades, Diego Larraburu se transformó en la cuarta víctima fatal en el Domuyo.

En febrero del 2004 murieron Gustavo López y Carlos Pareti. Marcelo del Peto fue el único sobreviviente

El 25 de abril del 2008 Germán Letieri, andinista de San Carlos de Bariloche, resbaló en el hielo cuando junto a tres compañeros que descendían del Domuyo, precipitándose hacia el glaciar sur.

Los socorristas debieron hacer el rescate porque el helicóptero no pudo operar por el fuerte viento que se registraba.

Los tres acompañantes de Letieri, Jorge Franco, Emanuel Díaz y Gonzalo Fano eran alumnos del Profesorado de Educación Física con Orientación en Actividades Recreativas de Montaña.

Los mismos intentaron socorrerlo pero sólo habrían encontrado manchas de sangre en parte del trayecto y decidieron descender para pedir ayuda en Varvarco.

El cuerpo fue visualizado en una grieta, a unos 150 metros del lugar donde se produjo el accidente.

Datos

“Nadie controla nada, suben sin ningún medio de comunicación, y eso con el tiempo puede ser un desastre, nadie sabe quién sube y quién baja”.
El lunes Larraburu y Gavetti partieron hacia la cumbre del Domuyo a las 4:30, pero el viento
y la hora tope programada evitó
el objetivo.

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