Sacaron la precaria casilla policial tras las quejas

Tres agentes de Río Colorado trabajaron allí, en medio del desierto, para controlar la faena clandestina y prevenir accidentes. El rodado no contaba con ningún tipo de servicio.

La casilla precaria y sin servicios en la que trabajaban tres agentes de seguridad vial de Río Colorado para controlar el paso de faena clandestina en medio del desierto, fue levantada ayer por decisión de la provincia y del Senasa.

La medida surgió luego de que quedaran expuestas –en una nota que publicó ayer “Río Negro”– las pésimas condiciones laborales en las que intentaban desempeñarse los policías, en un puesto que las autoridades ubicaron en la intersección de las Rutas 22 y 251 tras los reclamos de la Sociedad Rural por los decomisos de faena clandestina.

Allí cumplían turnos rotativos de 24 horas, en una casilla de chapa, sin agua, aire acondicionado, comunicación y con 40 grados de temperatura durante los últimos días.

Fueron los familiares de los agentes los que denunciaron las “condiciones inhumanas” en las que debían desempeñarse, en un lugar desolado, sin sombra, a 30 kilómetros de Río Colorado. Dijeron a este diario que volvían a sus casas “insolados y con la ropa maltrecha”.

Sin agua potable en el lugar, los policías llevaban botellas congeladas para “aguantar el turno todo el día”, denunciaron sus familiares.

Tras la ola de quejas y la solidaridad con los agentes que se expresó en las redes sociales, la casilla fue retirada ayer y volvió al lugar de abandono, del que había sido rescata por el Senasa para la nueva tarea, que surgió al calor de los reclamos de la Sociedad Rural de Río Colorado.

El traslado se hizo ayer, pero no hubo información oficial. Desde Seguridad Vial y el Senasa se evitó hablar del tema . Y los ruralistas volvieron a quejarse por la nueva medida.

Se desconoce ahora si el puesto de control volverá a ser instalado en el cruce de rutas, pero esta vez con las condiciones mínimas para su funcionamiento. La casilla fue colocada ante las quejas de los ganaderos por varios decomisos con faena clandestina comprada en Río Colorado.

Cómo empezó todo

A fines de enero, el puesto de Seguridad Vial de Conesa detectó que un comerciante de San Antonio Oeste, en dos ocasiones y con pocas horas de diferencias, fue decomisado con carga clandestina de 105 costillares vacunos, 12 pechitos de cerdo y 4 bolsas de achuras. La compra la hizo en Río Colorado-La Adela.

Ante el hecho, los ruralistas presentaron su reclamo a través de la Sociedad Rural ante funcionarios provinciales y rápidamente salieron las directivas para la colocación del puesto de control, que recibió justificación también para realizar tareas de prevención de accidentes en el cruce de las rutas.

“Tienen que llevarse agua congelada en botellas, para que les aguante en el turno de trabajo. A veces vuelven

insolados”.

Familiar de un agente, sobre las condiciones de trabajo en el puesto.

Los agentes de la policía Caminera cumplían turnos rotativos de 24 horas, en un lugar desolado, sin sombra, y debían hacer sus necesidades en el monte

“Un colador” por el que filtran la carne

A medidos del 2016 “Río Negro” publicó un informe bajo el título “El Colorado, un colador para la carne”, en el que quedó expuesto el negocio de la faena clandestina.

A los pocos días se reinstaló en la garita de control del puente personal de la barrera sanitaria, policía y hasta personal de la municipalidad de Río Colorado.

Luego, todo volvió a disolverse, y los responsables de los controles argumentaron que “esto nos obliga a pelear mucho con los vecinos. Hay gente que pasa de una localidad a otra 10 veces por día y si las paramos a cada rato nos increpan.”

Hoy los controles para el paso de carne con hueso desde el norte del Colorado se relajaron y no surten efecto.

Y en la ciudad los desvíos para evitar los controles que efectúa el Senasa están a metros del puesto, sobre la calle Arturo Benini.

Sólo hay que bajar de la Ruta 22 y cualquier vehículo puede abordarlos.

Datos

“Tienen que llevarse agua congelada en botellas, para que les aguante en el turno de trabajo. A veces vuelven
insolados”.
Los agentes de la policía Caminera cumplían turnos rotativos de 24 horas, en un lugar desolado, sin sombra, y debían hacer sus necesidades en el monte

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios