Seminario en el Iupa para docentes

“Investigamos para que las cosas mejoren, para que algo sea descubierto. Investigamos para aportar soluciones”. La frase es de Alejandra Reguera, doctora en Lingüística, profesora de la Universidad Nacional de Córdoba, que llega a Roca para brindar una capacitación a docentes universitarios de la región del 26 al 28 de febrero. Invitada por el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA), dictará un seminario titulado “La investigación cualitativa en artes: diálogo con el abordaje cuantitativo”, destinado a docentes de toda la zona, de carácter abierto y gratuito.

Con varios libros escritos en su haber, horas de docencia y experiencia con otras universidades argentinas y del exterior, Alejandra Reguera señala las potencialidades que ofrece la investigación académica, y sobre todo, cómo se pueden aprovechar esas aptitudes para generar nuevas posiciones para los estudiantes y docentes del sistema universitario.

En este sentido, la experta resalta: “La importancia de la metodología es que le otorga a los procesos de trabajo el rigor científico necesario. El conocimiento que se produce debe estar validado por ciertos procedimientos, para que ese conocimiento sea reconocido por sus pares y posteriormente sea aceptado por la gente”.

Trabajás en Argentina y en Francia. ¿Qué tiene Argentina de atractivo?, ¿cómo se diferencia la labor en ambos países?

· Existen trabajos de investigación muy importantes en nuestro país, pero esto no inhibe la potencialidad de crear nuevos grupos y generar nuevas posiciones o ponencias. Es muy fértil nuestro marco académico, sobre todo en las ciencias sociales, las humanidades. Combinar esas características con la riqueza creativa es muy importante. Nos otorga visibilidad. Quizá lo que debamos aprender es disciplina, horas de trabajo, humildad del que está conociendo…Siempre tenemos que estar conociendo.

En Francia, hay más distancia humana, por decirlo de algún modo, pero hay una escucha atenta del trabajo del otro. Participo de un equipo en el Conservatorio Nacional de Artes y Oficios de París, que reunió en 2017 a investigadores de Bélgica, Canadá, Francia, Italia, Brasil, entre otros; estuvimos durante días escuchando trabajos y haciéndonos observaciones, por momentos muy duras, pero con el objetivo de que los artículos que iban a ser publicados fuesen válidos. Allá hay más distancia social, pero mayor compromiso académico. Claro que hablo de una experiencia individual.

Lo importante es focalizar en el núcleo de interés que me pueda llevar como investigador a un descubrimiento interesante. Esa direccionalidad es común a ambos contextos de trabajo.

· ¿Creés que se enseña distinto según se trate de diferentes universidades?

· Sí, hay diferencias en los modos de enseñanza según las universidades, si comparamos algunas de Argentina con otras de Brasil, allá el énfasis está puesto en la actividad práctica, en cuyo marco el alumno es más protagonista, por decirlo de algún modo.

En Argentina sigue siendo muy fuerte la centralidad del docente, a través de sus exposiciones teóricas, por ejemplo. Habría que equilibrar el hacer de estos dos actores: estudiantes investigadores y docentes conductores del proceso. Por un lado, el estudiante puede tener escasa formación en metodología, lo cual debe superar para ser reconocido en la comunidad científica; por otro lado, el docente debe incentivar la capacidad de producción de ese investigador al cual dirige o supervisa, porque de ese trabajo puede surgir algo realmente original y útil.

En materia de conocimiento académico es relevante ir “pasando la posta”, para decirlo coloquialmente. Lo que un investigador logra avanzar alimenta la secuencia de producción de otro o de otro equipo. Estos deben capitalizar lo que un investigador encontró y enriquecerlo. Hay una genealogía del conocimiento, de la cual se extrae un beneficio para la sociedad. Este es el fin último del conocimiento científico: la gente.

· ¿Hay algo especial en el caso de los estudiantes de artes?

En el caso de los estudiantes de artes, sin duda es central la disposición creativa, emocional, frente al acto de conocer. Tal vez sea necesario fortalecer lo metodológico, lo cual significa seguir un camino, un cierto orden.

· ¿Qué consejos le darías a un investigador principiante?

· Que explore en sus motivaciones esenciales cuál es la orientación temática que quiere elegir, qué aspectos de la realidad disciplinar y social son los que siempre han llamado su atención…pero, al mismo tiempo, que investigue, lea y vaya haciendo registros de cuáles han sido los estudios realizados dentro de la línea elegida, quiénes son los referentes.

Le recomendaría que incorpore modos de abordar y escribir sobre aquello que le interesa. Es como aprender un lenguaje, debe conocer a qué evidencias se ha llegado, cómo se puede hacer un aporte interesante dentro de ese contexto y cuáles son las estrategias discursivas más adecuadas. Cada vez que escriba sobre lo que investiga estará entrando en una especie de interacción dialógica con otros investigadores, entonces debe argumentar, demostrar, convencer a su destinatario en cierto sentido…

Investigar conlleva en alto grado una disposición creativa. Me parece apasionante que el investigador recupere su biografía como escritor y que profundice estos interrogantes: ¿cuáles son las vivencias asociadas a la escritura?, ¿cómo ha sido la interacción con los referentes del universo académico?, ¿de qué modo se sitúa para producir un cambio positivo en el lugar donde enseña, investiga y produce?

Quién es Alejandra Reguera

Docente de la Universidad Nacional de Córdoba en grado en dos asignaturas y en posgrados sobre elaboración de proyectos y tesis de especialización. Además, ha sido docente en otras instituciones nacionales, como la Universidad Nacional del Centro de Buenos Aires (UNCBA-Tandil) y la Universidad Nacional de La Rioja