Sierra Grande inundó las redes sociales con mensajes de aliento a familiares de Toconás, que dejaron la base militar

En Sierra Grande, el ánimo en estas horas era de hondo pesar, pero las redes sociales están inundadas de mensajes de aliento y cariño a la familia del joven oriundo de Sierra Grande, Mario Toconás, que está entre los tripulantes desaparecidos.

La familia, que está en Mar del Plata por estas horas ha preferido el silencio frente a tanta incertidumbre y dolor. Desde el jueves no están en la base de la Armada, tomaron distancia y decidieron trasladarse a la casa de familiares que tiene en esa ciudad. Allí está la esposa de Mario, la salteña Ruth, embarazada de cuatro meses y el pequeño Rian de ocho años.

Ayer se informó que el vicegobernador rionegrino, Pedro Pesatti, viajó hacia esa ciudad para manifestar el acompañamiento del gobierno provincial ante la situación.

Las esperanzas para la familia están esfumadas con el paso de las horas, pero especialmente por los mensajes que la misma Armada les dio este jueves, especialmente con la novedad de la explosión.

“Ya está, ya lo confirmaron ellos, estamos mal, destrozados, desilusionados”, dijo Alejandra Aguilera, hermana mayor de Mario que estuvo en Sierra Grande hasta el jueves, con sus hermanos Cesar y Sergio, entre si se contenían esperando a la distancia las novedades.

En Mar del Plata estaban Miguel, Natalia y Rosana, junto a su padre Irineo, en la misma base de la Armada hasta que se conocieron las novedades de la explosión.

La familia, como tantas otras, tienen la sensación de desazón, de engaño que algo mas había y que no se dijo. A criterio familiar jugaron con los sentimientos de los familiares, de todo el mundo, “no se porque lo hicieron”, señaló Alejandra. Para Sergio Toconás, “las esperanzas se me están yendo, nos mintieron a todos”.

En las calles, las redes, los medios locales, las oficinas y los comercios es inevitable la conversación.

El barrio está triste como los vecinos que vieron de chico crecer a los hermanos, tal cual no relató la vecina Nika Sayhueque.

En una pequeña localidad en que se conocen todos es inevitable no identificar a los Toconás por alguna razón.

Carlitos Arce, parado en el portón del corralón donde trabaja, y a no tenía la sonrisa que lo caracteriza diariamente y el saludo alegre. La tristeza de sus ojos demostraba que el dolor había pegado a fondo.

“Acá nos conocemos todos, soy amigo del Sergio su hermano y el dolor es incontenible” contó al cronista de este diario.

“Jugaron con los sentimientos de los familiares, no sé porqué lo hicieron. Las esperanzas se me están yendo, nos mintieron a todos”

Sergio Toconás, hermano del submarinista desaparecido.