Suave final para el viaje al cometa

Culmina así un hito en la historia espacial. Pese a los tropiezos que tuvo la misión, pudo realizar estudios inéditos sobre el origen del universo.

Un impacto controlado que la dejará posada para siempre sobre el cometa 67P pondrá fin el próximo viernes a doce años de odisea espacial de la sonda europea Rosetta.

La Agencia Espacial Europea (ESA) dará por concluida la misión no bien Rosetta aterrice en el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko (conocido como Churi), donde le espera, inerte, su robot de exploración Philae.

La maniobra de aproximación comenzará el jueves a las 17:50 hora argentina, cuando el centro de control enviará desde la Tierra, a más de 700 millones de kilómetros de distancia, la instrucción a Rosetta de que comience su descenso.

Lo impactará el viernes hacia las 9:20 a una velocidad de 90 cm/s –es decir la de una persona caminando– tras recorrer 19 kilómetros de distancia que la separan de este cometa de unos 4 kilómetros de diámetro.

Aunque es posible que la sonda sufra daños por el choque, “no se va a estrellar, se va a posar suavemente”, explicó Francis Rocard, responsable del programa espacial francés CNES. “Tampoco va a deshacerse en mil pedazos”, aclara.

En el camino tomará fotografías y realizará observaciones –inéditas en un cometa a tan corta distancia– antes de aterrizar.

A los científicos en Tierra les interesa especialmente obtener imágenes de alta resolución y datos sobre el polvo y los gases que desprende el 67P. Son importantes para seguir avanzando en la comprensión del proceso de formación de los cometas y de nuestro Sistema Solar, según la ESA.

En el cometa se encuentra Philae, el robot que se posó en noviembre de 2014 antes de enviar valiosas observaciones a la Tierra.

Sin baterías

Philae está inerte desde que en julio de 2015 agotó por completo sus baterías, que no pudo recargar por estar sus paneles mal orientados en una grieta con escasa exposición solar.

El cometa 67P se dirige actualmente hacia la órbita de Júpiter. Seguirá alejándose del Sol en su trayectoria elíptica, hasta unos 850 millones de kilómetros de distancia del astro rey.

Rosetta perderá por completo la capacidad para almacenar energía solar suficiente como para seguir operando sus instrumentos de observación y transmisión de datos a la Tierra por ondas de radio.

Por eso, la ESA decidió dar por concluida su misión. Cesará de emitir por completo, conforme a los tratados internacionales que rigen el espacio exterior, para evitar contaminarlo con señales inútiles que puedan interferir con otras misiones.

Al aterrizar en el cometa en 2014, Philae había rebotado dos veces en su superficie antes de quedar inmovilizado en un lugar obscuro. Rosetta llegará a un lugar alejado de Philae, en una pequeña llanura rodeada de hoyos desde donde el cometa proyecta chorros de gas y polvo, que la sonda también intentará observar en sus últimos minutos de vida.

La ESA no descarta imprevistos en esta maniobra final, incluyendo la posibilidad de perder horas antes el contacto con Rosetta.

Tras cesar toda actividad de la sonda, los restos de Rosetta y Philae acompañarán para siempre al cuerpo celeste, poniendo fin a una aventura sin precedentes en la historia de la conquista espacial.

Proyectada hace más de 20 años, la misión permitió avances en la comprensión de la formación del Sistema Solar desde su nacimiento, ya que se considera que los cometas son vestigios de su materia primitiva.

“Fue una misión científica perfecta y una muy buena cosa para Europa”, dijo Jan Woerner, director general de la ESA.

La misión de la sonda europea Rosetta, que concluye el 30 de septiembre, es una aventura espacial decidida hace 23 años. Este viaje de 7.000 millones de kilómetros, sembrado de obstáculos y sorpresas, movilizó durante más de dos décadas a 14 países europeos y Estados Unidos.

Próximas paradas: la Luna y Marte

Tras el fin de la misión Rosetta en el cometa Churi, los fans de la conquista del espacio podrán seguir los pasos de una exploración a la Luna, a un asteroide o al planeta rojo, tres objetivos de los próximos grandes proyectos
espaciales. La idea provino del alemán Jan Woerner. Poco después de su nombramiento al frente de la Agencia Espacial Europea (ESA) en julio de 2015, propuso un proyecto de “Aldea lunar” para suceder a la Estación Espacial Internacional. Por ahora en estado de mero proyecto, la “aldea” podría ser construida por robots y permitir el regreso del hombre a la Luna. La base podría servir para preparar expediciones hacia destinos aún más lejanos, como por ejemplo Marte. El próximo robot que trabajará en Marte, del programa ruso-europeo Exomars, está previsto para 2020. Perforará el suelo con la esperanza de hallar rastros de vida del pasado.

Rosetta y Philae se convirtieron en inusuales famosos del espacio, cada cual con su propia cuenta en Twitter. Se vendieron camisetas y gorras.

Datos

Rosetta y Philae se convirtieron en inusuales famosos del espacio, cada cual con su propia cuenta en Twitter. Se vendieron camisetas y gorras.

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