Tres policías trabajan en una casilla sin ningún servicio

Van cuatro días seguidos con temperaturas de 40 grados y tres policías de Río Colorado llevan una semana trabajando en pleno desierto, a 30 kilómetros de la zona urbana. Lo hacen en una precaria casilla que fue improvisada como puesto de control en el cruce de Ruta 22 y la 251 y que ellos mismos tuvieron que acondicionar. No tienen agua potable, aire acondicionado, comunicación ni sanitarios, lo que origina riesgos en su salud y quejas de sus familiares por las condiciones en que vuelven a sus hogares.

El puesto fue colocado tras los reclamos y presión de la Sociedad Rural local por el crecimiento y traslado de faena clandestina en las rutas.

Cada policía cumple turnos de 24 horas corridas en la casilla prestada por el Senasa y que estaba abandonada. Deben hacer sus necesidades en el campo y estar muy atentos a los alacranes y arañas que abundan en el lugar.

Allí disponen de un único móvil en condiciones, un Ford Focus Sedan, que les permite movilizarse para cubrir los accidentes en ambas rutas, pero el uso deja sin cobertura al puesto que está ubicado en el ingreso a la Patagonia, en el puente del río Colorado y a las oficinas administrativas.

Este medio recogió voces de indignación de varios familiares directos del personal que presta servicios en el cruce de rutas.

A fines de enero, el puesto de Seguridad Vial de Conesa detectó que un comerciante de San Antonio Oeste, en dos ocasiones y con pocas horas de diferencias, fue decomisado con carga clandestina de 105 costillares vacunos, 12 pechitos de cerdo y 4 bolsas de achuras. La compra la hizo en Río Colorado-La Adela.

Ante el hecho, los ruralistas se quejaron ante funcionarios provinciales y rápidamente salieron las directivas para la colocación del puesto de control, que además servirá para la prevención de posibles accidentes en el cruce de las rutas.

Hoy los agentes realizan los controles sin el acompañamiento de los empleados de la barrera sanitaria.

Otros fuentes revelaron a “Río Negro” que la crítica situación financiera de la comuna impide el acompañamiento del estado municipal con la instalación de un baño químico para el uso de los agentes. “El municipio está imposibilitado económicamente de pagar $ 1.500 por día por un baño”, señaló un funcionario.

La misma Sociedad Rural se había comprometido gestionar algún equipo de energía solar para colocar en el lugar, aunque sin fechas cierta de la posible instalación.

Mientras tanto, el personal que cumple un turno completo en pleno desierto, trabajan sin electricidad para alimentar una heladera donde tener agua fría o alimentos en buenas condiciones para su consumo. Sin agua potable para higienizarse.

Una de las agentes que diálogo con “Río Negro” dijo que “en estos días de tanto calor, congelamos varias botellas de agua para que duren gran parte del día. Y no te das una idea de cómo te queda el uniforme cuando terminás la jornada”.