Los estudios auguran un futuro con ríos menos caudalosos

La zona no es ajena al cambio climático: se prevé una reducción significativa de los caudales, lo que acarreará problemas energéticos y de riego.

Los principales ríos de la región del Comahue presentarían una reducción significativa de sus caudales medios mensuales hacia la década 2041-2050 debido al aumento de las temperaturas y a la reducción de precipitaciones.

Así lo reflejan estudios que vienen realizando un grupo de investigadores en el marco el proyecto Climagua.

Dichos cambios podrían tener importantes efectos sobre la vida y las actividades económicas que se desarrollan en la zona ya que involucran un aumento de la temperatura y una reducción de las precipitaciones en la región cordillerana y precordillerana, incluyendo una reducción de la nieve acumulada.

Esta situación motivó a un grupo de investigadores a desarrollar el proyecto Climagua, coordinado por la Fundación Bariloche y financiado por el International Development Research Center de Canadá, con la participación de la Uncoma, UNL, SEI, UBA, CNEA y la Cooperativa Surgente.

Se realizó una simulación del comportamiento de las cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro entre los años 2010 y 2050 en el contexto de diversos escenarios climáticos y de expansión de la superficie agrícola bajo riego. Si bien esta simulación no pretende predecir el futuro, sus resultados intentan establecer los potenciales impactos del cambio climático sobre la región y determinar las mejores estrategias de adaptación.

Los resultados indican una reducción significativa de los caudales medios mensuales en los principales ríos de la región hacia la década 2041-2050, cuya magnitud específica depende del escenario climático.

El impacto es mayor sobre el río Neuquén que sobre el río Limay y sus afluentes. También se observa que debido a la menor acumulación de nieve en la cordillera se desdibuja la típica creciente en los ríos en la época de deshielo y se tiende a juntar con el pico en el caudal producido por las lluvias de otoño e invierno.

Este fenómeno podría tener impacto sobre la capacidad de regulación que poseen los embalses ya que la nieve ayuda a distribuir los caudales hacia la época en la cual comienza la demanda para riego.

Debe tomarse en cuenta que la demanda de riego representa más del 85% del agua empleada en conjunto por los sectores urban o, agrícola y de explotación de hidrocarburos admiten los investigadores.

En contraposición, la demanda de agua para explotación de hidrocarburos representaría menos del 1% del agua utilizada anualmente por estos tres sectores, incluso bajo un escenario de expansión significativa de la explotación de hidrocarburos no convencionales.

Los resultados también señalan la posibilidad de que se registren caudales mínimos en algunos tramos de los ríos durante la época de verano. Tal es el caso del tramo del río Neuquén entre Portezuelo Grande y Confluencia y en la desembocadura del río Negro.

Otro impacto que se observa es el descenso de los volúmenes or debajo del nivel mínimo de operación normal para los embalses Cerros Colorados, El Chocón y Chihuido I. Asociado a este impacto se observa una reducción en la generación hidroeléctrica respecto del promedio histórico.

Para el sector agrícola, señalan potencial falta de agua durante la temporada de riego, principalmente para las áreas sobre el río Neuquén entre Portezuelo Grande y El Chañar.

Estos hechos se adelantarían en el tiempo si se registrara una expansión significativa de la superficie bajo riego. Y esa expansión también traería aparejada una mayor utilización de los canales de riego, cuya capacidad en algunos casos alcanzaría el límite máximo de conducción de agua. Tal es el caso del Canal Margen Norte de Valle Medio, el Canal Conesa y el Canal Principal de Valle Inferior.

El impacto es mayor sobre el río Neuquén que sobre el río Limay y sus afluentes. Y por la menor acumulación de nieve se desdibuja la creciente en los ríos.

Esto podría impactar en la capacidad de regulación de los embalses ya que la nieve ayuda a distribuir los caudales para la época del riego.

Acciones cotidianas para

mejorar el manejo del agua

La proyección de las investigaciones realizadas señalan esos años como los más críticos para la situación de los ríos de Río Negro y Neuquén.

2041-2050

16.000.000

dólares es el costo aproximado de todas las obras de infraestructura propuestas por los investigadores del proyecto Climagua.

Datos

El impacto es mayor sobre el río Neuquén que sobre el río Limay y sus afluentes. Y por la menor acumulación de nieve se desdibuja la creciente en los ríos.
Esto podría impactar en la capacidad de regulación de los embalses ya que la nieve ayuda a distribuir los caudales para la época del riego.
El proyecto Climagua está implementando en el corto plazo medidas y tecnologías que ayuden a los pobladores rurales de la línea sur rionegrina a adaptarse a la escasez de agua.
Para mejorar el acceso al agua, el grupo CURE de la CNEA liderado por el Ingeniero Sebastián Gortari, está coordinando el trabajo de la Cooperativa Surgente, Cooperativa Ganadera Indígena y Cooperativa de Agua de Jacobacci, e instalando bombas solares y de soga, y sistemas modernos de conducción y almacenamiento de agua. Esto permite reducir notablemente el tiempo y esfuerzo dedicado al baldeo
–sacar el agua del pozo– y al transporte desde pozos y también posibilita el riego de pequeñas forestaciones y huertos. El proyecto también busca mejorar la calidad de los pastos mediante la implementación de un sistema de manejo integral de los pastizales que involucra la rotación planificada de los cuadros de pastoreo.

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