Boca, a dos goles de la vuelta olímpica

Boca y la Copa.

No importa la categoría de la competencia, ni si tiene historia o no. Porque allí donde haya una Copa internacional en juego estará Boca jugando la final. Hoy buscará quedarse con la Sudamericana.

En La Bombonera, a las 21.15, recibirá al Bolivar, de Bolivia, por la vuelta de la serie definitoria. Hace nueve días había perdido 1-0, en la altura de La Paz. Se trató de una derrota «conveniente» según la mayoría. Hoy se verá si será capaz de revertir ese resultado y vencer por por más de un gol para evitar los penales. Por presente y por pasado, Boca no debería tener inconvenientes. Carlos Tevez, Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo son los garantes del poder ofensivo boquense.

Hoy La Bombonera estará como en sus mejores noches, porque las entradas se agotaron, y el partido marcará la despedida de Tevez, que se va al Corinthians, al cabo de una semana en la que volvió a ser noticia por sus correrías nocturnas. Puede ser éste el último título que gane Boca antes de cumplir su centenario, el 3 de abril de 2005, y además, si se da la vuelta olímpica, es de prever que un estadio eufórico bien podría plebiscitar la continuidad de Benítez en su cargo.

Los equipos

Ahora bien, el partido no es un trámite y no hay que olvidar que al Bolivar le basta con un empate. El equipo boliviano, que conduce Vladimir Soria, no podrá contar con el recié operado Luis Gatty Ribeiro y tampoco jugará desde el comienzo Roger Suárez, por cuestiones tácticas.

Boca, por su parte, si bien conserva ciertas mañas de la era Bianchi para «trabajar» bien los resultados en ambientes hostiles, tiene evidentes problemas con los encuentros que tiene que salir a ganar, sin vueltas, como lo es éste.

Bolívar se anuncia con línea de tres en el fondo, cinco mediocampistas para trabar el juego, un medio punta y un punta, esquema promisor de un campo minado delante del arquero Mauro Machado.

En tiempos de Carlos Bianchi, Boca no le prestó atención a la Copa Sudamericana ni a su antecesora, la Mercosur. Quien diría que, hoy, estos noventa minutos iban a ser los que marcaran la diferencia entre un año salvado y un año perdido. (DyN/AR)

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