Bolivia: 12 muertos y 57 heridos en enfrentamientos entre mineros

Los choques entre trabajadores cooperativistas (privados) y del Estado se produjeron con armas de fuego y dinamita. Fue por el control del yacimiento de Huanuni, en los Andes de Bolivia.

LA PAZ (AFP) – La ministra boliviana de Gobierno, Alicia Muñoz, confirmó que al menos 12 personas perdieron la vida y 57 resultaron heridas este jueves en enfrentamientos con dinamita y armas de fuego entre mineros cooperativistas (privados) y del Estado por el control del yacimiento de Huanuni, en los Andes de Bolivia.

«Un último reporte hace referencia a más de doce (muertos y) 57 heridos. Ese es el último reporte (aunque) está variando (a cada momento). Hace una hora nos han reportado en el hospital Obrero de Oruro, el fallecimiento de un trabajador», informó la funcionaria. Muñoz admitió que la cifra final de víctimas podría aumentar dado el elevado número de heridos y la gravedad de éstos, que se encuentran ingresados en varios hospitales de localidades y ciudades vecinas. «Son diferentes partes de prensa, de inteligencia que vamos recibiendo. No hay en este momento una cifra determinada que nos pueda con objetividad manifestar el número exacto» de fallecidos, apuntó la ministra.

A media tarde, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), informó sobre ocho caídos en el yacimiento de estaño, el más importante de Sudamérica. El Gobierno, que calificó de «demenciales y fratricidas» los incidentes, demandó prudencia.

Los enfrentamientos involucran a unos 4.000 mineros cooperativistas que intentaron tomar por la fuerza Posokoni, la más rica de las vetas de Huanuni, que es explotada por los trabajadores de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol).

El mandamás de la FSTMB Roberto Chávez responsabilizó del hecho a la inoperancia del gobierno del presidente Evo Morales. «Ahora que pongan los ataúdes», protestó el dirigente minero, que exigió la renuncia del ministro del sector Walter Villarroel, ex dirigente de los cooperativistas.

«Este es un enfrentamiento armado entre ambos sectores laborales. No hay ninguna participación de la fuerza pública, ni de la Policía, ni de las Fuerzas Armadas. Hemos ordenado un repliegue parcial. El Ejército que estaba en Huanuni estaba siendo hostigado y provocado para una reacción. Se ha dispuesto que el Ejército se repliegue», informó el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.

El gobierno envió al lugar a una «comisión de pacificación» integrada por la ministra de Gobierno (Interior) Alicia Muñoz y sus colegas de Minería, Villarroel, y de Trabajo, Santiago Gálvez. Villarroel denunció que «los dirigentes sindicales vinculados a Podemos (la principal formación de oposición, del ex presidente Jorge Quiroga) esta detrás de esta conspiración», para hacer caer al presidente Morales.

El líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, pidió militarizar la población de Huanuni «para evitar más derramamiento de sangre». «Es un problema irresuelto que tiene más de 10 meses. Ahora, carajo, que pongan los cajones», protestó después de reunirse con autoridades nacionales en el presidencial Palacio Quemado.

Según informes de radio, los mineros cooperativistas han cercado el yacimiento y no permiten el ingreso a nadie. Chávez relató que los cooperativistas han volado «el pulmón del ingenio, las plantas de compresión y también la iglesia (de Huanuni). (Asimismo) atentan con dinamita en mano contra las casas de los dirigentes del sindicato» de trabajadores de la Comibol.

De acuerdo con la oficial agencia noticiosa ABI, los cooperativistas también volaron una estación de radio Nacional de Bolivia. A raíz de los incidentes en Huanuni, el gobierno decidió posponer la presentación de cartas credenciales del nuevo embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, prevista para la tarde del jueves.

Los choques se registran en momentos en que la cotización internacional del estaño escala por encima de 7 dólares la libra fina, casi seis veces más que en 2004. Una empresa inglesa explotó hasta 2004 Huanuni, que tiende a convertirse en el yacimiento estañífero más promisorio del país, en manos del Estado.


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