“Malvinas, 1982 – 14 de junio – 2012”

Para la mayoría de los argentinos mayores de cincuenta años posiblemente esta fecha pase desapercibida o les sea preferible no recordarla, independientemente del batir de parches del régimen con su interesado patrioterismo demagógico. Es el día en que el gobernador militar de las Islas Malvinas, el general Mario Menéndez, firmó la rendición de las tropas argentinas ante los británicos. Cabe destacar, para una mejor ilustración, la situación vivida entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 en cuanto a cuál era el enemigo real. El enemigo político-militar, sin dudas, era (y sigue siendo) el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y posiblemente jamás hubiesen tomado la decisión de ir a esta guerra de no haber contado con el apoyo del G7 (integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón, Alemania, Italia y Canadá) y de la OTAN, de la cual formaban parte todos los miembros del G7 excepto Japón. A los mencionados se agregaba su escribanía, las Naciones Unidas, cuya participación durante el conflicto en el Atlántico Sur fue anuente con los intereses británicos. La Argentina debió luchar contra las potencias del mundo, porque en el terreno se enfrentó a la elite militar británica pero en cuanto a la inteligencia, también contra Estados Unidos, que brindó información clasificada en tiempo real. También tuvieron la colaboración de Chile, esencialmente en cuanto a información del movimiento de tropas argentinas en el sur, como asimismo con apoyo logístico a los ingleses en la región sur trasandina. A todas estas huestes internacionales se agregaba la indiferencia de algunos países miembros de la OEA, que no por casualidad tiene su sede principal en Washington DC (Estados Unidos). Más allá de los delirios triunfalistas que mediáticamente inyectaba en la sociedad el gobierno militar, se trataba de la crónica de una derrota anunciada. Pero lo que sí tiene que quedar absolutamente claro es que la actitud de quienes combatieron en nuestras Malvinas, así como la de quienes sin estar en línea de fuego fuimos partícipes necesarios en la contienda, fue de la más entrañable responsabilidad por la misión encomendada. Si fuimos defraudados por quienes condujeron la guerra, de acuerdo con el Informe Rattenbach, ello no empaña ni menoscaba el coraje y la abnegación de las Fuerzas Armadas nacionales durante el conflicto. El 14 de junio de 1982 perdimos una gran batalla pero, al igual que antes, la lucha por la recuperación de nuestras Islas Malvinas continúa, enriquecida con la experiencia de nuestra fallida acción bélica. También nos sirvió para saber quiénes eran los que estaban a nuestro lado y quiénes, de los firmantes del TIAR, miraron hacia otro lado o “colaboraron con el enemigo”. Mi más sentido y permanente recuerdo de nuestros caídos en tierra y mar malvineros, ejemplos de altruismo y sacrificio a la hora de defender los más altos intereses de la patria. Fernando A. Trebino LE 7.826.484 Plottier

Fernando A. Trebino LE 7.826.484 Plottier


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