Buena evolución de la beba golpeada en Viedma
Autoridades del hospital confirmaron que se alimenta mejor y llora menos . El padre continúa detenido.
Buena evolución de la beba golpeada en Viedma
La beba de cinco días que ingresó grave al hospital Zatti tras ser golpeada en el cráneo evoluciona satisfactoriamente.
Comenzó a alimentarse mejor y ya no llora tanto como cuando ingresó probablemente producto de los dolores y su estado general de angustia, según aseguró el director del hospital Zatti, José Luis Rovacio.
Agregó que se le han asignado cuidadores, al margen de la mamá de 19 años que también permanece en el hospital.
Esta criatura nació prematura en el Zatti con un peso de apenas un kilo 100 gramos. Estuvo internada en la sala de neonatología y fue dada de alta con dos kilos 100. A los dos meses volvió a ingresar al nosocomio, oportunidad que los médicos que la atienden detectaron lesiones en su cuerpito que interpretaron tenían relación con una situación violenta y advirtieron de ello a los organismos que corresponden para su adecuada contención.
Ante esta situación intervino la juez de Paz de Viedma, Elsa Sartor, quien dispuso el 28 de junio pasado una prohibición de acercamiento para el padre de 20 años, tanto a la beba como a la madre. También intervino el organismo proteccional que depende del ministerio de Desarrollo Social de Río Negro. Según pudo establecer este diario todo quedó en manos de una profesional que no sólo puso el servicio, la voluntad y el cuerpo sino también su medio para trasladarse y celular que paga con la beca de 3.800 pesos que cobra por mes.
En el ofrecimiento de pruebas el fiscal Juan Pedro Puntel acusó al joven padre que sigue detenido de haber propinado en la cabecita de la beba siete golpes de puño, haber amenazado a la madre de la criatura con un cuchillo y retenido hasta el martes en la vivienda que compartían. El hecho ocurrió el domingo y la beba recién recibió asistencia el martes. También le imputó no haber respetado la prohibición de acercamiento que se le había impuesto. Sin duda un grupo familiar en una situación socioeconómica de extrema vulnerabilidad.
En este caso nunca más apropiado el dicho que “los niños tienen un Dios aparte”.
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