Fue procesado el presunto asesino de Sergio Manquín

La víctima fue atacada el 18 de diciembre pasado y murió en el hospital Zatti el último día de 2016.

Fue procesado el presunto asesino de Sergio Manquín

Por el delito de “homicidio” un hombre de 25 años fue procesado con prisión preventiva. El hecho ocurrió en la madrugada del 18 de diciembre en la escalera seis del barrio América de esta capital, oportunidad en que otro joven resultó apuñalado en el rostro y abdomen comprometiendo hígado y páncreas.

Las lesiones causadas fueron diagnosticadas como graves, razón por la cual Sergio Manquín debió ser intervenido quirúrgicamente por los médicos del hospital Zatti de Viedma. Allí permaneció internado hasta el 31 de diciembre que falleció. El presunto autor Rodrigo Acuña había sido procesado por “lesiones graves” y sin prisión preventiva pero al morir la víctima -producto de las lesiones sufridas- la imputación se trasformó en “homicidio”, complicando seriamente la situación procesal del imputado que fue nuevamente procesado pero esta vez con orden de detención.

De acuerdo a los testimonios y pruebas reunidas el juez penal Carlos Mussi reconstruyó que a las seis de la mañana del 18 de diciembre del año pasado, Manquín se presentó en la comisaria 34 del barrio todo ensangrentando señalando que había tenido una riña en la escalera 6 del América -en inmediaciones de la dependencia policial- sin indicar quién lo había apuñalado. Luego de ser trasladado el joven al hospital un rastrillaje policial encontró en cercanías a la escalera indicada una vaina de cuchillo de cuero, sangre y huellas de forcejeo en el lugar denunciado.

Para Mussi la participación que le cupo a Acuña en el hecho resulta ahora confirmada por el mismo imputado, quien reconoció haber peleado con Manquín, aunque refirió que fue la víctima la que provocó la riña y quien portaba el cuchillo que le causó las lesiones graves. En la resolución agregó que la muerte de Manquín, si bien se produjo varios días después de haber sido lesionado, fue consecuencia de esas mismas lesiones graves sufridas teniendo en cuenta que el fallecimiento se debió a una sepsis desencadenada por una mala evolución del organismo de la víctima en la recuperación de esas heridas.

Consideró que “el resultado fatal aparece como una consecuencia previsible de la acción realizada, ello en razón de que tratándose de un ataque con arma blanca, por la idoneidad del medio empleado para causar la muerte, el encartado no podía dejar de representarse la posibilidad de su ocurrencia”.

También puntualizó que no altera esa conclusión el descargo de Acuña al ser indagado, oportunidad en la que sostuvo que se defendió del ataque de Manquín. En este sentido para el juez el imputado “sólo intentó mejorar su posición, primero manifestando que no había tenido participación en el hecho y luego diciendo que intentó sacarle el cuchillo a la víctima y en el forcejeo se produjeron las lesiones. A través del reconocimiento del ataque a Manquín por una supuesta respuesta a una agresión que él mismo había recibido de la víctima articuló una estrategia de defensa, intentando encontrar un permiso legal para que su conducta no resulte antijurídica. Pero sus fundamentos no resultan suficientes para sostener su postura”.

Acuña sostuvo que en su primera declaración mintió “porque tenía temor de que le hicieran algo a su familia”, mientras que en la segundo admitió el desencuentro con Manquín que “estaba empastillado” y le dijo que le había “cagado” la mina. Allí sobrevino el forcejeo en la escalera y el trágico descenlace.


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