Minichelli propone dejar de mirar y empezar a ver

El fotógrafo viedmense presenta su exposición en homenaje a los 130 años del faro de El Cóndor.

Minichelli propone dejar de mirar y empezar a ver

Marcelo Ochoa

Dejar de mirar y empezar a ver lo que se tiene. Ese es el objetivo de la llamativa muestra fotográfica de Marcelo Minichelli que bajo el título “Luminoso” expone en la sede de la Asociación Amigos de lo Nuestro, en homenaje a los 130 años de El Faro que custodia el Atlántico desde la cima de los acantilados en El Cóndor. Permanecerá abierta esta semana en Rivadavia 48.

A diferencia de exposiciones tradicionales, esta se recorre en una sala totalmente a oscuras porque son los cuadros -semejantes a una pantalla de tele- los que ofrecen la iluminación, generando que la mirada no se disperse y que el espectador dedique sus sentidos en esa única dirección. El sonido del mar con olas que chocan contra las rocas se escucha de fondo y colabora aún más con la imaginación.

Esta es la primera vez que en la Comarca Viedma Patagones se presenta una muestra con esta técnica de cuadros retroiluminados en los que hace dos años Minichelli comezó a incursionar. La fotografía se imprime en una lámina traslúcida y se la ilumina de atrás con led, en este caso, provocando un tan llamativo como interesante resultado. “Es como un efecto tridimensional o de profundidad que le da a la foto y otro sabor mirarla. No es una foto impresa en un papel y nada más. Tiene como una dinámica”, explicó el autor.

No es su primera muestra sobre El Faro por una conexión especial que admite mantiene con esa enorme torre de señalización luminosa que se erige a orillas del Atlántico como referencia y aviso costero para navegantes.

“La idea es que la muestra trasmita alguna sensibilidad especial y permita al espectador transportarse al lugar”, agregó el fotógrafo que con esta nueva técnica está trascendiendo fronteras. La semana pasada participó de la inauguración de la muestra en Bariloche “Patagonia Tierra de Volcanes” sobre esta temática y como la gente convive con ellos. En esta oportunidad presentó dos obras retroiluminadas nocturas del volcán Villa Rica de un metro por un metro cada una.

Enfatizó que la intención es darle valor a “aquellas cosas que a diario le pasamos al lado y nos suelen ser indiferentes. Con las fotografías uno las empieza a revelar de nuevo, a traer a la vista y al conocimiento”.

Las fotografías del Faro rodeado de cielos sembrados de estrellas, de nubes o limpios son producto de un largo proceso de preparación. “Algunas son casuales pero la mayoría de mis fotografías son buscadas. Estudio el cielo los horarios que haya o no nubes, donde estará la vía láctea, la luna, si habrá determinado tipo de iluminación o no. Visualizo antes de hacer la foto”, detalló al puntualizar que el armado de los cuadros que “los hago de cero y también lleva su tiempo pero es una pasión, una diversión que lo hago sin darme cuenta”.

Minichelli vive de su profesión de agrimensor pero los sueños los proyecta en la fotografía que “hoy no tienen límites”. Es consciente de las dificultades de vivir del arte “salvo que trasciendas a algún determinado nivel. Voy en ese camino pretendo lograrlo”, dijo.

Los comentarios en el libro de visitas agradecimiento del público por esta propuesta artística alientan este intención de generar “una toma de conciencia de lo que tenemos y del hecho relevante que el Faro haya sido declarado patrimonio cultural de la humanidad que no es poca cosa”, enfatizó Minichelli.


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