Piden perpetua para un padre que mato a su hijo

El hecho se produjo en setiembre de 2015 en San Antonio Oeste. La sentencia se leerá el 16 de mayo.

Piden perpetua para un padre que mato a su hijo

“Si hubiera estado consciente jamás hubiera hecho esto”, sostuvo Juan Carlos Mirigay al finalizar el juicio que se le sigue por haber asesinado a su propio hijo Carlos Andrés, en el marco de una pelea familiar.

En los alegatos escuchados ayer, el Fiscal de Cámara, Hernán Trejo, pidió una condena de prisión perpetua para el hombre mayor de 55 años imputado de matar a su propio hijo de una puñalada en el tórax. En tanto la defensa ejercida por el Defensor Oficial, Pedro Vega, planteó la inimputabilidad del hombre argumentando un estado de inconsciencia producto del alto consumo de alcohol y drogas.

El Tribunal integrado por los jueces Marcelo Chironi, Ariel Gallinger e Ignacio Gandolfi leerá la sentencia el 16 de mayo a las 12,30.

El hecho se produjo en setiembre de 2015 en San Antonio Oeste generando una gran repercusión en aquella localidad no sólo por estar involucrados en semejante tragedia padre e hijo sino por integrar una familia conocida.

Para el Fiscal de Cámara, Hernán Trejo, las pruebas reunidas confirman la autoría de Mirigay en este hecho calificado como “homicidio agravado por el vínculo”. Tuvo en cuenta también los informes científicos, así como la consonancia de versiones de los testigos que dieron cuenta de la reunión familiar que incluyó alcohol y drogas, lo que produjo la pelea y la posterior muerte del joven.

En referencia a la declaración indagatoria del imputado, quien fundamentó un estado de inconciencia al momento de cometer el hecho, Trejo se remitió lo señalado por la medicina legal que sostienen que “la combinación de alcohol y cocaína no produce este tipo de pérdida de conciencia, denominada ataxia psíquica”.

No obstante, agregó que los análisis practicados al imputado por el Laboratorio de la Corte Suprema de Justicia no dieron cuenta de la presencia de estas sustancias en sangre, descartando la posibilidad que el hombre sea considerado inimputable.

En cambio dijo que “desde un primer momento existió el dolo homicida: siempre la intención del padre fue quitarle la vida a su hijo por eso buscó un cuchillo y, cuando este había abandonado el lugar, fue a buscarlo”.

Para Trejo “el imputado siempre estuvo consciente de lo que hizo” y consideró que “no hubo exceso de legítima defensa. El sabía que era su hijo, fue a buscar el arma (la que después escondió bajo un cesto), luego buscó a su hijo y le dio muerte. No existen atenuantes sobre ésto”.

Por su parte el Defensor Oficial comenzó su alegato pidiendo la absolución de Mirigay por considerar que su defendido es inimputable ya que actuó bajo los efectos de un exceso de intoxicación que le produjo “un estado de inconsciencia tal que le impidió reconocer y saber lo que estaba sucediendo. No ejecutó voluntariamente ningún tipo de acción”, aseguró. Respecto de la inexistencia de rastros de alcohol en sangre planteada por el Fiscal, el Defensor vinculó ese resultado al propio proceso de metabolización del líquido en el organismo.

Vega planteó que en el caso que el Tribunal no considere esta posibilidad, su defendido sea sancionado por “un exceso de legítima defensa por lo cual se lo debería condenar por homicidio culposo”. Destacó también que antes de la agresión letal, padre e hijo protagonizaron una pelea a golpes de puño, en la cual la víctima le prodigaba golpes en la cara a quien luego intentó defenderse”. Vega consideró excesiva la pena de prisión perpetua solicitada por el Fiscal y solicitó que en el caso que el Tribunal considere culpable a su defendido se lo condene por homicidio simple, teniendo en cuenta que “su estado de conciencia estuvo afectado por la intoxicación lo que disminuye su culpabilidad”.


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