Preocupación por la inseguridad y falta de obras en la terminal

Piden cerrar el predio y un mayor control sobre todo por la noche, cuando el entorno se muestra peligroso.

La inseguridad y las demoras en mejorar la infraestructura de la terminal de ómnibus, considerada la puerta de entrada y salida de miles de pasajeros en esta capital, componen un momento crítico que al parecer no tiene una vía de solución en lo inmediato.

El entorno se muestra peligroso sobre todo en horas de la madrugada como consecuencia del accionar delictivo de pequeñas bandas. Sus movimientos se ven facilitados merced al descampado que rodea al edificio, y que les permite una rápida huída tras un hecho policíaco.

Los reclamos de un cerramiento y mayor control como poseen otros estaciones similares como Bahía Blanca o Retiro, se acumulan en forma cotidiana entre los concesionarios y usuarios.

En su interior se cuenta con una guardia permanente de la Policía de Río Negro, aunque la cantidad de efectivos resulta mínima sobre todo cuando allí se incrementa el flujo de personas. En el lugar funcionan un local de cobro de servicios, a lo que se suma un movimiento continuo al estar emplazado un cajero automático en las inmediaciones.

El Dato: Más de 1.000 pasajeros utilizan la terminal de Viedma en forma diaria.

Quienes trabajan en el edificio o transitan en forma cotidiana por estas instalaciones públicas reúnen numerosas anécdotas acerca del accionar delictivo, y los momentos de tensión que se viven. Por caso, se supo que días atrás fueron asaltadas dos mujeres que en la madrugada esperaban un colectivo con allegados, y al parecer, como éstas tenían contactos; luego la guardia fue reforzada.

Asimismo, trascendió que una joven integrante de la fuerza estuvo a punto de perder su ropa y el arma cuando dos adolescentes protagonizaron un intento de arrebato. La situación se calmó cuando una persona que trabaja dentro del inmueble le ofreció 150 pesos de su bolsillo para que estos menores se retiraran, en tanto que la joven sufrió una crisis de nervios, y nunca más fue asignada al lugar.

Julio Pondal, uno de los principales concesionarios de la terminal, señaló a DeViedma que días atrás el secretario de Gobierno, Pedro Sánchez, prometió apurar la obra del cerramiento del predio; sin embargo, el empresario expresó su inquietud porque hasta el momento “no hay nada firme”.

Insistió en que se deben reforzar las guardias porque hay momentos del día que “no todo es manejable” y “más de un policía no te ponen porque el sector depende del Destacamento 107, que reúne pocos efectivos”.

Si bien hace 17 meses atrás, la Municipalidad anunció una serie de obras de refuncionalización del inmueble, y durante la celebración del aniversario de la ciudad en abril del año pasado, el gobernador Alberto Weretilneck le anticipó su apoyo al intendente José Luis Foulkes; las tareas quedaron solamente en una manifestación de deseos. Según Miguel Calducci, nexo entre los concesionarios y la comuna capitalina, “las obras no llegan en forma instantánea”, a su entender “no hay presupuesto” de parte de la Provincia y tampoco están “como prioridad en la gestión municipal”.


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