Repudiable discriminación en un comercio viedmense

El propietario echó a una madre que llegó con su hija que padece parálisis cerebral.

Grave denuncia por discriminación contra un comerciante de esta capital. No sólo fue radicada en los organismos que corresponde sino que se hizo pública en los medios de comunicación y las redes sociales, generando un repudio generalizado a semejante actitud del propietario de un negocio ubicado en la calle Rivadavia frente a la guardia del hospital Zatti. El local no pasa desapercibido por invadir hasta la vereda con un toldo que hace a la vez de exhibidor de bolsos, toallones y ropa en general.

Marisa Montes detalló que salió del hospital de la sesión de rehabilitación a la que permanentemente concurre con su hija de ocho años que padece parálisis cerebral y a la que traslada en una silla similar a un “changuito” de bebé.

“Con eso no podés entrar”, le adviritió el comerciante a la mujer apenas apareció en la puerta del local, al que accedió probablemente con dificultad por la exhibición de mercadería que no permite una vereda despejada como la que corresponde para que los peatones circulen sin dificultad.

La mujer graficó que “eso” a lo que el hombre hizo referencia era su hija en la silla tras descartar que se trataba de la mochila que colgaba de esa movilidad.

Ante la repregunta de la sorprendida madre, el propietario del local le aconsejó “dejala en la puerta, afuera porque el negocio es chico y me vas a tirar las cosas”.

Con el profundo dolor por la actitud del hombre, la mujer se retiró del lugar con su hija decidida a denunciar lo vivido “claramente discriminatorio”. Tras llorar por la situación que “nunca me pasó”,

Montes formuló la presentación respectiva en los organismos que corresponden y también ante los medios de comunicación para que “a nadie más le suceda”.

Las repercusiones de repudio no se hicieron esperar y hasta trascendió de fuentes seguras que el día anterior a este hecho, el propietario de este comercio recibió una inspección de Trabajo que detectó que a las dos empleadas que tiene en el comercio están “en negro”. Pero, al parecer, esto tampoco le importaría demasiado porque sólo habría preguntado “¿cuánto tengo que pagar de multa?”.


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