Un viedmense estudia compuestos para matar el cáncer

Ignacio León integra un equipo de científicos que está logrando importantes avances de un tratamiento químico contra el cáncer.

Un grupo de científicos, entre los cuales se encuentra el viedmense Ignacio León, está logrando importantes avances para conseguir que un tratamiento químico -en base a metales- pueda ser utilizando más adelante en tratamientos de cáncer óseo. Estas pruebas fueron destacadas por “Metallomics”, una revista británica de divulgación científica.

León (30 años) cursó estudios de Nivel Medio en la Escuela Secundaria de Formación Agraria (ESFA) y luego en La Plata completó la formación de estudios superiores con una Licenciatura en Biotecnología y un Doctorado en la Facultad de Ciencias Exactas en el Área de Ciencias Biológicas.

“Me metí en la ESFA porque me gustaba el agro y por cuestiones de interés personal y familiar, ahora cuando me radiqué en La Plata tenía para elegir entre Agronomía e Ingeniería Forestal pero encontré Biología Molecular dentro de los dos extremos que se podía aplicar a todo, aunque me incliné por la parte de salud”; contó a DeViedma.

El hallazgo, del compuesto químico, que distinguió la publicación británica surge de investigaciones concretadas en el Centro de Química Inorgánica (Cequinor) que administran la universidad platense y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

La investigación de la que participa León tiene como investigadora principal a Susana Etcheverry (Cequinor), Manuel Fuentes García y Paula Diez de la Universidad de Salamanca, España.

Este nuevo agente terapéutico, en nivel de experimentación, tiene como principal elemento al vanadio. Se trata de un metal que “se acumula en los huesos”, señaló el investigador incorporado como asistentes a esas instituciones.

Lo trabajaron con reacciones químicas en varias líneas de investigaciones, no a nivel humano pero si en laboratorio. Se utilizan para ello, cultivos que provienen de células cancerígenas que datan de hace mucho tiempo y se conservan en nitrógeno líquido; y también se añaden ratones especiales.

León consideró que tiene buen efecto terapéutico ya que se coordinó el vanadio con otras moléculas como el flavonoide, un antioxidante que se extrae de plantas. Indicó que esta reacción presenta un alto perfil “citotóxico”, es decir que ataca sólo las células malignas sin dañar a las normales, y que en futuros tratamientos no generen otros daños al paciente como por ejemplo que “salga de una quimioterapia con menos glóbulos rojos”.

Según León, “se requiere de cierta dedicación y vocación para hacer ciencia” en este país, y además “el nivel de las universidades argentinas es muy bueno” lo que genera “un documento válido para movilizarse hacia cualquier parte del mundo y poder utilizar las herramientas tecnológicas de otros países”.

Por caso, para este estudio encarado junto a Etcheverry -también directora de su tesis doctoral- se requirió de la colaboración de Salamanca ya que cada “microarreglo” destino a profundizar el trabajo molecular tiene un costo de 800 euros.


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