Bulgaria, el boom menos pensado

Con Turquía y Grecia ensombrecidas por el terrorismo, el socio más pobre de la Unión Europea se afianzó como alternativa con buenos precios, playas de arena fina y un lema: el turista siempre tiene razón.

Anita, la recepcionista, está sumamente ocupada. Apenas se ha registrado un grupo de turistas ingleses en el elegante hotel en la costa búlgara del mar Negro cuando llega un autobús con nuevos huéspedes.

“El hotel está completo”, dice Anita con alegría. En el balneario de Slanchev Brjag, conocido internacionalmente como Playa del Sol, el turismo está en pleno auge en julio. Debido al riesgo de terrorismo en países marcadamente turísticos como Turquía o Egipto, Bulgaria se ha afianzado como destino alternativo. Los turistas que suelen elegir este país como destino aprecian sobre todo la buena relación precio-servicio de las vacaciones all inclusive y las playas de arena fina.

“Los centros turísticos búlgaros son destinos seguros muy solicitados”, confirmó la ministra de Turismo, Nikolina Angelkova, en el Parlamento de Sofía. El jefe de Policía regional Shivko Daskalov alaba la buena cooperación entre las fuerzas de seguridad y los hoteles para impedir eventuales actos terroristas. “Ello incluye la vigilancia de las playas y la formación del personal de los hoteles”, explica Daskalov en el balneario de Slanchev Brjag. Los hoteleros, los dueños de bares y los vendedores de helados y entradas esperan todos una temporada buenísima.

También Angelkova es optimista. La ministra calcula que Bulgaria recibirá este año un 10% más de turistas que en el año récord del 2016, cuando 8,2 millones de turistas extranjeros visitaron el país.

El Instituto de Análisis Turísticos en Sofía prevé para el 2017 un aumento del número de turistas de un 11% con respecto al año pasado. Los principales competidores de Bulgaria como destino turístico son los países vecinos Grecia y Turquía.

“Se buscan empleados”, dice un cartel en un muro del jardín de un restaurante indio. Debido a los bajos salarios que se pagan en el país más pobre de la Unión Europea, muchos recepcionistas, camareros, cocineros, limpiadoras y socorristas se trasladan desde hace años a países como Grecia, Italia o Malta, donde pueden ganar mucho más. Ahora, Bulgaria intenta atraer a miles de trabajadores de países no miembros de la Unión Europea, como Ucrania y Moldavia. El gobierno en Sofía flexibilizó el 1 de junio las normas para la contratación de trabajadores no comunitarios.

El sector turístico aporta alrededor de un 13% al producto interior bruto de Bulgaria.

Con su rico legado cultural y buenos vinos, Bulgaria debería convertirse en un destino durante todo el año, también para turistas más exigentes.


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