Chapelco sobre la moto de nieve

Cuando el cerro se queda en silencio, las sillas no suben ni bajan, el sol ilumina la ladera de forma casi horizontal, cuando ya nadie parece quedar en la montaña, llega la hora de encender las máquinas y salir a pasear en moto de nieve.

La excursión en el atardecer de Chapelco arriba de estos vehículos con calefacción y cambios automáticos es una de las singulares opciones del centro invernal de San Martín de los Andes, adecuada tanto para quienes saben esquiar como para quienes no, para chicos y grandes.

Esta manera distinta de conocer la montaña incluye transitar por caminos que se internan en los bosques de lenga nevados, paradas en balcones naturales con vistas de ensueño sobre esta porción de la cordillera de los Andes e incluso la posibilidad de prestar atención a los trabajos “ocultos” que realiza el personal de Chapelco cuando los esquiadores y snowboarders ya se fueron.

El paseo empieza alrededor de las 18, a un costado de la confitería Antulauquen, en la plataforma a 1.600 msnm, a la salida de la telecabina. Desde allí se sube motorizado hasta la cota 1.700 y luego se empieza a bajar, parando en distintos puntos panorámicos, hasta la base del complejo de esquí.

Las motos de nieve llevan hasta dos personas y son manejadas por el cliente mayor de edad. Liderando la excursión va un vehículo que conduce un guía especializado, mientras que un experto en su propia máquina va cerrando la fila.

Por caminos seguros, a veces por las pistas del centro de esquí, se puede apreciar a lo largo de poco más de una hora de paseo la “transformación” de Chapelco: a medida que va cayendo la noche, cuando aparecen los colores rosa, lila y violeta, con el fondo de cumbres nevadas que es una postal de ensueño.

Además de estos recorridos una vez que el cerro se “vació” de gente, también pueden contratarse excursiones en motos de nieve por senderos en el bosque durante el horario normal de funcionamiento de Chapelco, desde el horario de apertura del cerro, en la cabaña de las motos de nieve ubicada al lado de Antulauquen.

Estos paseos duran aproximadamente media hora, en la que se recorren 2,5 kilómetros por un circuito especialmente diseñado en medio del bosque, con varias paradas para la foto.

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