Cinco rincones de Playas Doradas

Este balneario de arenas infinitas ofrece más que días de playa. Aquí, cinco opciones para disfrutar de una escapada al mar.

1- Playas infinitas

Se caracterizan especialmente por su amplitud, la suave pendiente y los interminables kilómetros de arena, ideales para largas caminatas y la práctica de deportes de viento como el kitesurf y el carrovelismo.

Playas Doradas debe su nombre al color que adoptan sus arenas en amaneceres y atardeceres. El viajero se impresiona cuando llega a estas costas por su inmensa playa de reflejos dorados producidos por la presencia de cuarzo y conchillas.

Aquí hay miles de metros cuadrados de arenas finas para disfrutar, caminar o simplemente tomar sol. Las playas principales están justo frente a la villa, que cuenta con todos los servicios.

2- Paseo del Cuis

Este paseo es un circuito autoguiado al que se puede llegar caminando desde la villa balnearia.

Consiste en un atractivo sendero de 800 metros que en su recorrido tiene instalados carteles que explican de qué se trata cada arbusto xerófilo que tapiza este paseo costero y cada animal que se puede encontrar libre por el campo.

Recibe ese nombre porque al paso de los turistas, en los senderos, se ve a los cuises correr bajo las matas.

En este lugar hay mínimos servicios, como parrillas reparadas del viento para el asado, cestos de basura; además hay dos deck y miradores de madera que permiten descansar unos minutos de la arena y contemplar la rompiente de las cercanas rocas.

Este paseo es sólo terrestre, no es zona balnearia: sólo para ver y disfrutar de las bondades de la naturaleza.

El lugar no tiene paradores, pero está a escasos 500 metros al sur de la villa para abastecerse de provisiones.

3- De nudista a familiar

A unos a unos cinco kilómetros de Playas Doradas, una pequeña bahía permite disfrutar de un buen baño de mar, su pendiente es pronunciada y está limitada por rocas desde donde tirar la caña.

Cuentan los lugareños que esta fue una de las primeras playas nudistas de que se tenga registros (no fotográficos, sólo testimoniales). En la década del 70 el lugar era frecuentado por suecos que habían llegado a trabajar al muelle mineralero que está en la cercana Punta Colorada.

Hoy las familias disfrutan todo el día de este paisaje, el sol y la arena lejos del bullicio.

En esta zona se escucha sólo la rompiente de las olas y los pájaros costeros. Hay muy poca gente, y eso es lo que buscan muchos que llegan de las ciudades a buscar silencio por algunas horas.

Esta playa no tiene servicios, por lo que hay que llevar provisiones, una conservadora. No hay agua ni baños públicos. Tampoco hay guardavidas.

Aquí muchos buscan las rocas para observar cómo es la vida en los pozones de aguas cristalinas, donde se ven pequeños peces, cangrejos y pulpos.

4 – Una vuelta con el pulpero

Cachi Siguero es un pionero del lugar pero además un experimentado conocedor de la costa.

Es un hombre a quien se lo consulta siempre por distintas hazañas que ha hecho a pie; conoce esta costa como pocos en el lugar. “Hace unos 50 años recorro esta zona, antes de que sea esto”, expresa.

Con él se puede vivir una rica experiencia de pulpeo.

Con un tacho de 20 litros en una mano y un gancho de metal en otra y breves instrucciones, los turistas se internan en un extenso e interminable paisaje intermareal en la zona conocida como La Pingüinera,

El guía recomienda todo el tiempo no romper los ecosistemas y muestra como en una simple roca suelta viven estrellas, caracoles, lapas, erizos. Cachi no tiene excursiones programadas, pero siempre está atento a los que quieran conocer más.

5 – Escapada al museo

Una visita recomendada todo el año en Sierra Grande es el museo histórico Duamn Ruca (casa del recuerdo, en mapuche), que se encuentra a escasos 3 km de Sierra Grande y a 28 km de Playas Doradas. La entrada es libre y gratuita.

Es una vieja construcción revestida en piedras, que fuera la casa de correos del primer asentamiento poblacional.

Posee varias salas que permiten recorrer la historia del lugar a partir de la presencia de comunidades originarias y el descubrimiento del hierro y sus personajes. En el exterior se colocaron e identificaron rocas y minerales de la zona, entre las que sobresalen el hierro y la fluorita.

En la Secretaría de Turismo de Sierra Grande, ubicada en frente de la Ruta 3, se podrá recabar información acerca de otras excursiones programadas.

“Estoy todo el tiempo con turistas y recomiendo no romper los lugares, porque son el hábitat de muchos bichitos”.

El guía Cachi Siguero vela por el medioambiente.

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