Descubrí el mundo oculto de la isla Mejillón

Está a sólo 5 millas náuticas (9,26 km) de la costa, pero aunque sea accesible no deja de tener el encanto que brinda el misterio. Porque se trata de un lugar que, debido a la magia de la naturaleza, aparece y desaparece. Y que cuando se muestra, representa una verdadera aventura. Sobre todo para los más pequeños, a los que no es tan fácil mantener entretenidos cuando de excursiones se trata.

Hablamos de la isla Mejillón, que está ubicada a la altura de El Buque, una de las playas que se extienden hacia el sur de Las Grutas, pasando Piedras Coloradas. Si bien los prestadores náuticos la bautizaron así, en realidad es una enorme formación rocosa que integra la restinga, esa superficie de piedra que conforma el lecho marino, que permanece cubierta cuando la pleamar se registra y se deja ver en el lapso en el que el agua desciende.

Por eso los expertos eligen el momento justo para la salida, porque la idea es disfrutar de los tesoros que deja al descubierto el descenso del agua pero también, una vez que ésta comienza a subir, curiosear el comportamiento de los peces y organismos que habitan ese espacio submarino. Debido a esto el paseo tiene dos instancias bien marcadas.

La primera es un recorrido de interpretación, en el que un experto de la Universidad del Comahue que oficia de guía cuenta, con un lenguaje ameno, detalles sobre los distintos personajes que, agazapados entre las piedras, aparecen durante la caminata. Entre ellos, estrellas de mar, erizos, pulpitos y diminutos peces.

Luego, cuando la pleamar empieza, llega el momento de mirar bajo el agua. Allí se reparten snorkels y mientras algunos disfrutan de esa inspección otros, simplemente, optan por refrescarse dándose gratificantes chapuzones.

Pero empecemos por el principio. La salida se realiza partiendo desde la costa, en la tercera bajada, donde se aborda una embarcación con la que se recorrerá, ida y vuelta, la distancia que separa la tierra de la isla. Generalmente suelen viajar 10 personas más el capitán y los guías. En algunas salidas, sin embargo, son dos las naves que parten, por lo tanto los grupos a veces llegan a reunir un máximo de 20 pasajeros.

La navegación es una experiencia en sí misma. La brisa marina se siente en la cara, trayendo consigo el perfume y el sabor del mar. Además es frecuente apreciar a algunos ejemplares de las distintas especies de fauna marina que habitan en la zona, como lobos marinos de uno y dos pelos, delfines o pingüinos.

Al llegar, comienza la inspección del islote, investigando en cada recoveco para descubrir, a cada paso, la vida que palpita entre las rocas.

Finalmente, antes del regreso, llega el momento de “espiar” bajo el agua, y todos reciben su snorkel para zambullirse y mezclarse con los sargos, meros y otros peces de gran porte que suelen nadar por allí.

En definitiva, una aventura apta para grandes y chicos que van a gozar a pleno los “peques” de la familia, que adoran investigar y conocer los secretos del paisaje.

Los chicos son los que más disfrutan de los pequeños tesoros.

Snorkeling para asombrarse con la perspectiva bajo el agua.

Recomendaciones

a tener en cuenta

Las tarifas

En la primera parte del recorrido, un guía explica detalles sobre la fauna y sus personajes. Luego llega el relax con nado para refrescarse y snorkeling.