Es como flotar en la nieve sin necesidad de saber esquiar

Trasladarse con raquetas es la forma más primitiva de lidiar con un manto blanco blando y profundo. La humanidad lo practica desde hace 7.000 años y en Chapelco lo recrean, equipos modernos mediante.

Las neviscas y nevadas que no paran desde que empezó el invierno renuevan permanentemente a los sectores altos de la montaña con sus capas de nieve fresca. A veces hay que tener suerte para llegar en el momento justo a la cordillera y vivir este espectáculo de la naturaleza, pero este año el escenario de ensueño parece que se repetirá hasta el último minuto de la temporada, según indican todos los pronósticos de precipitaciones.

El bosque de lengas en cerro Chapelco cargado de nieve ofrece una amplia gama de posibilidades para ser disfrutado. Una forma fácil, divertida y segura de vivir este marco ideal de la montaña, sin calzarse las tablas de esquí o snowboard, son las caminatas con raquetas de nieve. Se trata de la manera más primitiva que se conoce en la historia del hombre para desplazarse sobre el frío manto blanco, con algo así como 7.000 años de antigüedad.

Aquel método rudimentario para trasladarse sin hundirse en la nieve se adaptó y modernizó con el correr del tiempo, aunque los secretos de este viejo arte se mantienen. De todo esto, y un poco más, irán hablando los guías de una de las excursiones alternativas en Chapelco, ideal para compartir en familia y sumar a las experiencias de viaje.

En la caminata, los líderes del grupo van afianzando la sensación de compañía y seguridad con charlas sobre orientación en medios agrestes y nociones de supervivencia, que amenizan con sus conocimientos sobre la flora y fauna cordilleranas, y paradas de interpretación ambiental, para tomar fotografías, descansar y degustar chocolates y licores, entre las distintas situaciones “mágicas” que van sucediéndose durante la excursión.

Los itinerarios alejados de las pistas de cerro Chapelco, adonde no llegan los esquiadores, son tres para realizar con las raquetas de nieve, de entre una hora y cuarto y dos horas de duración. La contratación de las excursiones incluye todo el equipamiento necesario para realizarlas, tanto para grandes como para niños. Incluso, se ofrecen mochilas para cargar a los más pequeños.

Uno de los recorridos parte desde la base del complejo invernal, sobre los 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar. Tiene aproximadamente dos kilómetros de extensión e incluye una parada en “la casita del bosque”, donde al resguardo de un hogar a leña se sirve un té con tortas. Esta salida, que reviste poca dificultad por sectores de escasa pendiente, cuesta 800 pesos para adultos y 500 para chicos.

Las otras dos variantes arrancan en la plataforma 1.600, desde la “cabaña de los huskies”. La primera implica una caminata de 1 kilómetro, atravesando lomadas y miradores, hasta un iglú armado en medio del bosque donde predomina el silencio, lugar que se aprovecha para renovar las energías con degustaciones para satisfacer el espíritu aventurero. También vale 800 y 500 pesos.

La última alternativa, de dos kilómetros, lleva hasta el sector conocido como “Pradera del Puma” y es bastante más exigente. Tiene un costo único de 1.000 pesos.

Es uno de los deportes blancos aptos para cualquier edad, habilidad y estado físico ya que además discurre por circuitos acordes a distintas dificultades.

En raquetas

Para un andar

cómodo y muy seguro

Voy + Nuevas experiencias

Datos

Es uno de los deportes blancos aptos para cualquier edad, habilidad y estado físico ya que además discurre por circuitos acordes a distintas dificultades.
$ 800
por persona para adultos y
$ 500 para chicos es el valor para la excursión de baja dificultad en Chapelco.
Las raquetas de nieve modernas tienen una fijación para atar los pies que deja al talón suelto, lo que permite flexionar las piernas con facilidad.
Además, en la punta de la fijación, tienen una especie de grampón (una placa con dientes de metal), que ofrece un agarre óptimo en la nieve.
Los bordes de la raqueta obligan a caminar con las piernas más abiertas que comúnmente, para no tropezar. Su forma impide que la nieve se meta dentro del calzado.
Los bastones son de gran utilidad para marcar los pasos y el ritmo de la caminata. Al clavar en la nieve el que se lleva en la mano derecha, se da un paso con la pierna izquierda, luego se posiciona el bastón izquierdo y se avanza con la pierna derecha, y así sucesivamente.

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