La tienda favorita de Papá Noel

Bronner’s Christmas Wonderland, situada en Frankenmuth, en el estado norteamericano de Michigan, es la mayor tienda navideña del mundo.

Abrió sus puertas en 1945 y al día de hoy sigue atendiendo a sus clientes durante todo el año.

Tiene más de 8.000 m² y casi 1.500 plazas de estacionamiento. Para situarse, los clientes reciben un mapa, algo que resulta bastante extraño en un país en el que la gente está acostumbrada a orientarse por comercios gigantescos y grandiosos espectáculos de Navidad.

Más de dos millones de personas acuden en masa anualmente a visitarla y cada año los clientes compran más de dos millones de adornos para el árbol de Navidad, más de 12.000 kilómetros de guirnaldas y unos 780 kilómetros de cable con lucecitas. En los períodos más ajetreados, la tienda tiene más de 600 empleados.

“¿Quiere saber la verdad?”, le preguntó Wally Bronner una vez a un reportero del “Detroit Free Press”. “La verdad es que en Navidad no debería haber decoración extra. Lo que deberíamos hacer es decorar nuestros corazones. Estamos tan ocupados con todos los preparativos que nos olvidamos de que es una época del año para mirar hacia nuestro interior y reflexionar sobre nuestra vida, nuestra fe y el mundo”.

Bronner, fallecido en el 2008, tenía 77 años cuando concedió aquella entrevista y era el dueño de lo que afirmaba ser el mayor imperio navideño del mundo.

“Los carteles, la publicidad y la decoración eran mi hobby, y de ahí nació toda una empresa”, recordaba Wally Bronner. Como casi todos los vecinos de esta localidad de unos 5.000 habitantes, el antiguo dueño de la tienda era de origen alemán. Por ello, no sorprende que esta Pequeña Baviera celebre su propia Oktoberfest con salchichas y trajes regionales.

Más de 6.000 adornos, para fans del béisbol, amantes de la música o de las hamburguesas.

Hay 500 tipos de nacimientos y otras tantas figurillas para completar el pesebre.

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