Dos vinos de lo mejor de la zona fría mendocina

Textura y poca estabilización caracterizan a los sabores contenidos en las botellas de “Y La Nave Va” y “Pintom”, elaborados bajo el signo de lo libre y salvaje, bien al sur del Valle de Uco.

En el sur de Valle de Uco se elaboran vinos libres y marcados por los suelos, las texturas, el azar y las condiciones climáticas.

“El cementerio de Turcos”, así se conoce a la zona de El Cepillo en Mendoza. Se ubica en lo más al sur del Valle de Uco y como otros polos demuestra la potencialidad en vinos concebidos desde proyectos pequeños que tienen todas las variantes del sacrificio y la esperanza.

Azar, clima y la búsqueda del frío como nave madre para atravesar la identidad de los vinos que se desean.

Estuve con Gabriel Dvoskin, periodista que recorrió durante años Europa como corresponsal de la agencia Reuters. En Francia se sumergió en los bulbos del camino vitícola en primera persona y comenzó a colaborar en la prestigiosa publicación La Viña y a relacionarse con el entramado del vino en el país del vino.

Así fue desarrollando su costado winemaker y llego a El Cepillo donde montó de cero una finca. 10 hectáreas entre Malbec y Pinot, aventuras de plantar y lograr plasmar en esa tierra chacarera de frutales una nueva viña bajo un prometedor proyecto.

Gabriel está marcado por la viticultura natural de Josko Gravner, un capo del mundo biodinámico, productor old school. Gabriel es un obsesivo del suelo y un fana de los Pinot de la Borgoña. Su trabajo lo llevó a conocer a productores geniales y a absorber conocimiento y filosofía que forjaron su mirada del mundo vino.

Por estos días nos juntamos en La Toscana y entre quesos mágicos de Tony Couly pudimos probar algunos Pintom y Malbec de “Y La Nave Va”, sus dos líneas de vinos.

En una mesa con sommeliers y cocineros compartimos los pinots del frío, Pintom en tres cosechas todas diferentes, siempre.

Poca estabilización. Repite Gabriel como un mantra. El Cepillo está a 1000 metros sobre el nivel del mar y antes de arrancar con las plantas estuvieron estudiando mucho el suelo.

Se destacan las texturas en los vinos. Gabriel lo relaciona con los suelos. Los vinos son increíbles. Ojo con lo que se desea porque se puede cumplir. El frío tan ansiado les dejó su lengua de freezer en una helada que arruinó la primera cosecha. Se lamentaron un ratito y luego entendieron que debían actuar rápidamente. Cosecharon antes. Eso marcó el rumbo en torbellino.

Pintom Subversivo es un vino naranja – rosado, hecho con uvas de Pinot, también al borde de lo salvaje. Una bomba agradable de acidez y fruta, con un alcohol para nada invasivo. Quedan pocas botellas, siempre.

Todos los Pintom son diferentes, pocas son las partidas de cada edición.

Afortunado quien las encuentre.

Los Malbec son verdaderamente muy buenos. Fruta y madera con peso vivo en la boca. Hermoso ante los ojos con su color varietal tan característico.

Lo escucho a Gabriel hablar de sus vinos, de Pintom, entusiasmado, con una remera tremenda de Frank Zappa y por fin pude ponerle cara al asunto. Pintom es un vino que me fascina hace años, pero jamás pude dar con los padres de la criatura.

Celebro este encuentro del cual sobresale el Pinot en general, para mi el mejor de los que se elaboran en Mendoza.

¿Quizá el sur sea el intérprete de esta cepa por estos lados?, quien lo sabe.

Bienvenido el frío de Pintom a la región del frío y el viento.


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