La barilochense que más sabe de vinos en el mundo comparte su pasión

Paz Levinson es una de los cuatro mejores sommeliers del mundo. Desde París comparte en qué punto de carrera exitosa se encuentra hoy.

La barilochense que más sabe de vinos en el mundo comparte su pasión

Paz Levinson es una de los cuatro mejores sommeliers del mundo. Desde París comparte en qué punto de carrera exitosa se encuentra hoy.

La barilochense que más sabe de vinos en el mundo comparte su pasión

Paz Levinson es una de los cuatro mejores sommeliers del mundo. Desde París comparte en qué punto de carrera exitosa se encuentra hoy.

Talentosa, exigente y zen: una mezcla que ha llevado a Paz Levinson al mundo top del vino.

La barilochense Paz Levinson sigue siendo una de las mejores sommelier del mundo. Hoy trabaja en uno de los restaurantes top de París y tiene su propio vino.

“Tiene una voz espirituosa, ligera y amable, atributos que evocan las características de un vino joven”, afirman quienes la conocen bien de cerca. A los 38 años ha sabido alcanzar un altísimo nivel en la carrera de sommelier. En 2010 y 2014 fue elegida “Mejor sommelier” por la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS). Todo el tiempo está recibiendo distinciones, menciones y premios. Por algo es una de los cuatro mejores sommeliers del mundo.

Cómo llegó al vino la pinta de cuerpo entero: persistente, estudiosa, inquieta, exigente y con un talento bien especial. “Era camarera y siempre me gustó el servicio. Llegué trabajando y por las ganas de aprender cosas. Como quería ser mejor camarera, empecé a aprender sobre vinos. Después quise saber más de vinos para ser mejor y dar un mejor servicio”, ha compartido.

“En mi casa siempre se tomó vino, una copa al mediodía y 2 copas a la noche. A mi mamá siempre le gusta cocinar tomando una copa de vino tinto y ese es un recuerdo que tengo desde muy chica”, ha escrito en su bio.

– ¿Dónde tu encuentra la vida hoy, Paz? Empecemos por lo geográfico….

– En París, Francia

– … y sigamos por lo profesional. Has sido elegida la mejor sommelier de Argentina, de América… finalista a nivel mundial… ¿qué más después de esos logros?

– Me interesan diferentes diplomas internacionales y especializaciones no sólo de vino sino de otras bebidas como el sake.

“El sommelier debe proponer de todo: sake, jerez, tragos, cerveza y hacer ese recorrido con los platos”, piensa la barilochense. Soy una bartender frustrada, comenta con humor… Le fascina hacer cócteles y preparar distintos almíbares con tés y flores. Cócteles con té es una de sus tantas pasiones.

Con amigos en los viñedos, por Mendoza.

– ¿Cuáles son tus desafíos profesionales de ahora en más?

– Estoy haciendo foco en consultorías, catar en concursos internacionales, educar al mundo sobre el vino argentino y participar de eventos en el mundo donde se discuten y analizan temas en torno al mundo del vino y nuestra profesión.

– ¿Cuál es la esencia de un trabajo como el de una sommelier?

– Es querer darle satisfacción al cliente. Ser sutil, flexible, adecuarse a cada situación. La esencia es saber de bebidas, saber cómo presentarlas y cómo usarlas para enaltecer a los platos. Que sea una química. Polos de atracción y que el cliente pueda sentir esa conexión más allá de su cultura gastronómica.

– ¿Qué cuestiones de la vida se conjugan a la hora de evaluar un vino, de degustarlo, de hacer mezclas?

– Cuestiones de la vida… Cuando evaluamos un vino tenemos que tener en cuenta todo. Todos sus componentes y como estos están relacionados entre sí. Cuando vayamos a catarlo tenemos que estar muy concentrados, preferentemente sentados y tomando notas.

– Cuanto más edad tenés ¿ayuda esa experiencia de vida para ser una increíble sommelier?

– Creo que se puede ser un excelente sommelier joven. Lo que da la experiencia es el historial de vinos probados, el tiempo de situaciones en el restaurant y las diferentes regiones que vamos visitando. Es decir, todo nos hace estar expuestos a diferentes situaciones y por ende seguir aprendiendo y entendiendo las cosas desde otra perspectiva.

En Cornas, Francia… en un descanso entre los viñedos. Ese es su mundo.

– Pareciera que en la gastronomía la cuestión de la infancia que tuvimos siempre vuelve… Vos recuperás eso de que en tu casa siempre se tomó vino, una copa al mediodía y dos copas a la noche, que tu mamá cocinaba muchas veces con una copa en la mano, el parral de moscatel en la Mendoza de tus abuelos… ¿este rememorar cómo incide en tu trabajo?

– Por supuesto. Todo incide. Creo que es muy importante el recuerdo que tenemos de las cosas. Los aromas, las estaciones, de alguna manera estar en Bariloche me hacía tener los sentidos muy despiertos.

– Sos de escribir poesía… Vino&Poesía es una fórmula imbatible, ¿verdad?

– Digamos que sí. Analizando esta relación, el peligro es caer en clichés.

– Estudiaste Letras en la UBA. Admirás a Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik, entre otras poetizas.

– Me recibí el el 2011 de Profesora de Letras de nivel Medio y Superior en la UBA. Este año me dieron el diploma.

– ¿Cuántos países has recorrido como sommelier?

– Varios. He trabajado en 5 países diferentes y pude visitar bastantes regiones de vino y té.

– ¿Cuál te llamó más la atención que otro y por qué motivos?

– China me encantó porque comí siempre bien y gustoso, la gente es curiosa, la calle es muy segura, a veces me molestaba los diferentes estándares de limpieza que tienen. Visitar los jardines de té es una hermosa experiencia.

– ¿A cuál volverías de nuevo y por qué?

– A todos volvería desde Sudáfrica a Japón. Todos mantienen mi curiosidad muy despierta. Me cuesta que algo no me guste. Además siempre hay algo nuevo para aprender.

– ¿Qué lugar ocupa Bariloche en tu corazón?

– Es el lugar donde nací. De alguna forma es el lugar que me define. Espero volver más seguido. Vamos a volver a Argentina y quisiera visitar seguido Bariloche.


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