Las tendencias que marcó la feria FIBEGA

Se realizó por primera vez en Buenos Aires. Los más y menos de este gran evento.

Las tendencias que marcó la feria FIBEGA

Se realizó por primera vez en Buenos Aires. Los más y menos de este gran evento.

Las tendencias que marcó la feria FIBEGA

Se realizó por primera vez en Buenos Aires. Los más y menos de este gran evento.

La feria FIBEGA en Buenos Aires entre el viernes 15 y el domingo 17 de septiembre último no tuvo quizá la concurrencia que se esperaba para un evento groso en cuanto a cosas para ver, escuchar y saborear.

Baires fue declarada “Capital iberoamericana de la Cultura Gastronómica” y por primera vez aterrizaba FIBEGA (Feria Iberoamericana de la Gastronomía) en una ciudad que no sabe como pero quiere escalar lugares en el ranking mundial apoyando los pies sobre peldaños invisibles.

FIBEGA es una especie de constelación de países (iberoamericanos) que van rotando en un paquete itinerante. Esta vez desembarcaron en el imponente pabellón de la Sociedad Rural donde durante 3 días mostraron sus productos, cocineros, ferias y otros materiales vitales para sobrevivir en medio de tanta oferta y tanto marketing que no solo entra por la boca sino que también lo hace por el estomago.

Trataré de ser puntual en las cuestiones positivas y negativas de tamaña puesta en escena.

La Academia Iberoamericana de Gastronomía mueve esta feria por varias ciudades de países que fueron colonias de España y Portugal.

Lo bueno de estos eventos es que podés tener acceso a parte de la cultura gastronómica de más de 20 países. En este caso había menos, y todo en simultaneo lo que hacia que te distraigas en las charlas, exposiciones o seminarios.

A favor el sector vinos a la carta, que si bien estuvo localizado sobre el final del pabellón contó con más de 30 bodegas de todo el país y durante tres días desarrolló un programa de catas privadas, charlas y degustaciones con enólogos consagrados como Alejandro Vigil de Catena Zapata y Sebastián Zuccardi y la participación especial de Josep Roca, sommelier del restaurante top Celler de Can Roca en Catalunya en degustaciones y charlas sobre vinos iberoamericanos. También se pudo disfrutar la experiencia en primera persona de productores de vinos del país vasco y elaboradores de Pisco. Una de las catas gloriosas fue la de Jerez. Gran armado del sector a cargo del periodista Joaquín Hidalgo y el sommelier Alejandro Iglesias.

Otra de las cosas a favor fueron nombres de cocineros muy interesantes que protagonizaron charlas, puntualmente el domingo como el caso de Edorta Lamo, chef de Euskadi – Basque Country, German Martitegui de Argentina con su ambicioso proyecto Tierras, Gabriel Matteuzzi de Têtê a Têtê restaurante de Sao Pablo, Andrea Tumbarello de Don Giovanni y José Del Castillo, del restaurante Isolina. Ellos todos fueron los responsables de transmitir la realidad gastronómica de sus cocinas en sus países y sobre todo la relación de productores y productos.

Crucial es la cuestión ambiental y la provisión de alimentos a nivel mundial. La forma de comunicar gastronomía y la matriz productiva de cada país en relación a sus poblaciones rurales, su producción y su cadena de actores en cuanto a economías regionales, cultura y turismo.

Las provincias argentinas tuvieron sus stands donde promocionaron sus festivales , cocineros y productos.

Demás esta decir que la cocina española y peruana siguen marcando el pulso de Iberoamérica. Obviamente Argentina no se queda atrás, pero debemos resolver muchas cosas para sentir que realmente podemos tener a Buenos Aires como capital gastronómica iberoamericana.

Destacables las sidras y vinos del país vasco y el jerez español. El pisco peruano y los vinos argentinos.


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