Un Pura Sangre nacido de la vieja escuela

Un caldo fantástico de uno de los tipos que más sabe de enología en el país.

Un Pura Sangre nacido de la vieja escuela

Un caldo fantástico de uno de los tipos que más sabe de enología en el país.

Ángel Mendoza representa una escuela fascinante y es a la historia del vino en Argentina lo que Charly García o Mercedes Sosa a la música popular.

Su camino es de descubrimiento, sus vinos tienen sabor a vida y es un enólogo completo. Picotea la cotidianidad a bastonazos de conocimiento y juega a desafiar todo el tiempo otras teorías. Eso lo ha llevado a sendos debates con las nuevas camadas de enólogos. Son sanos estos puntos de vista si ambas partes se la bancan y aportan en pos de tener una viticultura más real y comprometida.

Descorché un Pura Sangre vendimia 2012 de Domaine ST Diego. Fruta y madera como dos universos fusionados. No estalla en roble, ni es dulzor, no es un vino parecido a otros.

Su espíritu es el transfer del alma Malbec en un 80% y Cabernet Sauvignon el resto. Debería el futuro quizá tener guardado una muestra de los vinos de Ángel como eslabón majestuoso de un ADN absolutamente identitario.

El lugar

Su bodega y sus viñedos están en la maravillosa Lunlunta en la zona de Maipú y sus plantas se ubican sobre laderas.

Criado durante dos años en roble y con una estiba luego en botella de 9 meses, este vino posee taninos muy presentes y absolutamente agradables. Un color púrpura oscuro con un potencial de guarda aproximado de más de 10 años.

Se cosecha en forma manual. La madurez del grano se comprueba con un mordisco.

El suelo es arcilloso y pedregoso con registros de canto rodado ya que la zona tiene un brazo del Río Mendoza. Oh Lunlunta!, tus tardes calurosas, tus vientos cálidos, tus piedras en el camino, el brazo seco del río. Onírico el recuerdo como Val Kilmer disfrazado de Jim Morrison en el desierto de Oliver Stone

Todo está en los viñedos

Ángel esta convencido de que el vino se elabora y nace en el viñedo. Cuando le preguntás de qué va todo te dice que él “cosecha” vino.

En cuestión de “napia” tiene un dejo a confitura muy reconfortante en un mundo tan amargo. Otras notas que aparecieron fueron cuero y madera.

Ángel Mendoza y familia es un plan tremendo para visitar en Mendoza. Un pedazo de historia viva que no hay que perderse jamás, como sus vinos.


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