Paola lo definió y el dobles cerró la goleda ante Japón

Paola Suárez derrotó a Sugiyama y obtuvo el pase a cuartos de final

Con una Paola Suárez que pasó por muchísimos sobresaltos para ganar su encuentro de ayer, la Argentina superó a Japón por 4 a 1 en la primera ronda de la Fed Cup que se jugó en el Buenos Aires Lawn Tennis.

Ahora, Argentina deberá jugar por los cuartos de final ante la poderoso Rusia que este fin de semana eliminó a Australia por 4 a 1. La serie se disputará en Buenos Aires el 10 y 11 de julio.

Suárez remontó su encuentro ante Ai Sugiyama para ganarlo por 6-7 (7-4 en el tie break), 3-6, 7-6 y abandono de la asiática, quien ya no podía ni caminar por sus calambres.

Luego, con la serie ya definida, Akiko Morigami venció -en poco más de una hora- a Gisela Dulko por 6-2 y 6-2. Y por último el dobles, integrado por Mariana Díaz Oliva y Patricia Tarabini superaron a la dupla Obata-Asagoe por 7-6, 6-7 y 6-2 en un encuentro de 2 horas y 19 minutos.

El primero de los encuentros, el que definió todo, fue muy emotivo, más allá de la irregularidad tenística mostrada por ambas jugadoras. Es más, la misma Suárez aceptó que tenía el partido perdido (caía 0-4 en el set final), pero Sugiyama, diez del ranking internacional, le dio una chance más y la pergaminense la tomó para cerrar la serie en favor del local.

Después de no saber como cerrar el parcial inicial (estuvo 5-3 y 30-0, para perder 7-6), Suárez mejoró su rendimeinto a la hora de jugar a las líneas, y fundamentalmente, sus games de saque. El segundo fue para ella: 6-3. Pero lo mejor estaba por venir. Sugiyama ganaba 5-3, tenía todo para alargar la serie y comenzó a acalambrarse. Primero la pierna izquierda y luego la derecha. Por momentos no podía caminar. Sacó dos games seguidos de abajo (para evitar hacer fuerza con las piernas o saltar), pero no se notó su dolencia cuando debió correr hacia los costados. Suárez debió haber jugado drops, para hacerla correr para adelante, pero no estaba precisa. En ese momento sacó el partido adelante. Sólo arriegó, y bien, con su derecha invertida o paralela para cerrar, gracias al abandono de Sugiyama, una serie que se había complicado demasiado.