Los imputados negaron ser los homicidas de Cid

Los dos jóvenes acusados del crimen que conmocionó y revolucionó Bariloche, aseguraron que estaban en el lugar del crimen, pero drogándose. Los testigos cambiaron sus dichos.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En la primera jornada del juicio oral por el homicidio del remisero Néstor Cid, los imputados negaron los cargos que había en su contra, y los primeros cuatro testigos declararon de manera totalmente opuesta a como lo habían hecho durante la instrucción.

El menor imputado, que habría confesado ser autor del homicidio en sede policial, dijo que lo había hecho presionado por la policía, y los testigos, que habían relatado detalles de la planificación y el fracaso del robo, también se retractaron ante el tribunal.

El abogado querellante, Mario Altuna, en representación de la viuda de Cid, pidió la promoción de procesos por falso testimonio para los testigos, y anticipó su convencimiento de estar ante los autores del crimen, al decir que «no se puede matar a un trabajador y venir a mentir alegremente en el juicio».

Mientras tanto, los remiseros preparan una manifestación a tribunales para esta mañana a las 9, horario en que debería reanudarse el debate.

En la acusación, la fiscal Mirta Siedlecki tiene por acreditado que los dos imputados, de 17 y 18 años, habían acordado la forma en que asaltarían a Cid, de manera que el menor abordó el remise y le solicitó a la víctima que lo trasladase hasta el lugar donde lo esperaba su cómplice, en la parte sur del barrio 28 de Abril, a metros de la intersección de Beschedt y Miramar, cerca del tanque de agua, donde lo estaría esperando. Sin embargo, el requerimiento de la agente fiscal no convenció de su eficacia al fiscal de Cámara Carlos López, y por eso le pidió a Siedlecki que sostenga la imputación en el juicio oral.

El hecho ocurrió a las 14 del 19 de noviembre de 2005, y de acuerdo con la acusación, Navarro le habría efectuado un disparo en el omóplato izquierdo, probablemente con un arma calibre 22 largo, desde el exterior del vehículo y a través de una ventanilla que se encontraba abierta. El proyectil lesionó el pulmón izquierdo de Cid y el cayado de la aorta, y le produjo la muerte en forma casi inmediata.

Rolando Navarro, que en la actualidad tiene 19 años, si bien no aceptó ser repreguntado por las partes, aceptó haber estado en el lugar donde mataron a Cid, pero dijo que se estaba drogando y que no tuvo nada que ver con el suceso.

En tanto, el menor, quien habría confesado su participación en el hecho y la autoría del homicidio cuando lo entregó su madre en la comisaría 28, ayer negó todo. Dijo que estaba en el lugar, drogándose, al igual que Navarro, y que se fue después de ver llegar al vehículo y escuchar un disparo. Sus recuerdos parciales, pese a su declarada semiinconsciencia, deberán ser valorados por los jueces.

La madre del menor fue llamada como testigo, pero prefirió no declarar para evitar el riesgo de perjudicar a su hijo. Los demás testigos, que durante la instrucción refirieron cómo los acusados les anunciaron que irían a «meter un caño», que tenían un revólver calibre 22 largo y que ejecutarían el hecho donde en realidad ocurrió, en el debate modificaron sus dichos.

La situación no era del todo inesperada, porque ya se presentó en otros juicios por homicidio, pero obligará a las partes a extremar sus esfuerzos para llegar a la verdad.


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