“A Weretilneck hay que ayudarlo a gobernar sin condicionamientos”

En primer lugar quiero manifestar mi pesar por el fallecimiento del gobernador Carlos Soria y saludar a su familia en tan doloroso momento. Si bien puede ser apresurado plantear conjeturas sobre la continuidad del gobierno y sus sucesores, quiero manifestar mi opinión, como rionegrino y como afiliado justicialista. Más allá de semejante desgracia familiar, lo que está en juego son los intereses de la provincia y del conjunto de sus habitantes, quienes habían puesto su esperanza en la conducción de Carlos Soria. Sin lugar a dudas, para mal de todos esta esperanza quedó trunca, al menos hasta que se comiencen a dar los primeros pasos bajo la responsabilidad exclusiva de quien formaba parte de esa fórmula que votó la mayoría de la ciudadanía, el vicegobernador Alberto Weretilneck. El peronismo rionegrino sigue siendo una caja de sorpresas casi desde su misma existencia en la provincia; cuando le tocó gobernar allá por 1973 la interrupción de un golpe de Estado hizo que fuera derrocado el entonces gobernador Mario José Franco, a quien los militares injustamente llevaron durante cinco años. Desde 1983, derrota tras derrota, producto de una dirigencia donde las ambiciones personales hicieron que a pesar del apoyo de la gente Costanzo perdiera por tan sólo 640 votos a raíz de que se le jugó en contra desde las mismas filas de los principales dirigentes del partido. Esto hizo que los radicales pudieran mantener el poder a pesar de los desastres que año tras año producían en la provincia a través de administraciones que devastaron sus recursos; esto, como lo he dicho siempre, con la complicidad de una oposición donde las luchas internas hacían que el partido totalmente fracturado nunca pudiera ganarle las elecciones al oficialismo radical. Hoy que la ciudadanía toda había encontrado en Carlos Soria esa esperanza de cambio, esta maldita desgracia hace que se vuelva a foja cero. Ojalá Dios ilumine a Alberto Weretilneck para que logre el tan anhelado sueño de quien en vida en tan sólo 21 días marcó y generó una gran expectativa de encarrilar los destinos de Río Negro. No puedo dejar de dar mi opinión sobre las manifestaciones del senador Pichetto, a quien respeto como una de las figuras preponderantes del partido. Frente a sus declaraciones públicas en cuanto a que el partido cuenta con la mayoría de las intendencias, así como con la mayoría de los diputados, y que se trabajará a través de las unidades básicas, sin duda al ciudadano pensante le queda un interrogante: ¿qué significa esto, un condicionamiento, un mensaje de advertencia al gobernador Weretilneck de que los que mandarán serán los intendentes, los diputados, las unidades básicas? Quiero repetir lo que muchas veces dije de las sociedades que se hacían desde el peronismo con otros partidos; pasó con el MPP y con el FG en elecciones anteriores. Ahora, con la suerte de haber recuperado la provincia –sin duda gracias al hilo conductor que sedujo a los rionegrinos, el Dr. Carlos Soria, producto de la eficiencia en sus intendencias en Roca–, vuelve a mostrarnos que los errores de una dirigencia dejan al peronismo en esta encrucijada. El fallecimiento de quien fuera elegido para gobernar la provincia deja al partido sin la posibilidad de gobernar Río Negro, porque más allá de que Weretilneck desee cumplir con los legados que Soria dejó, es un dirigente con ideas propias que en algún momento querrá llevar a cabo. Y ahí la pregunta: ¿se lo van a impedir? ¿Van a querer hacer valer la fuerza de las mayorías? ¿Van a querer mellar su gobierno buscando su fracaso, que lógicamente no será el de él sino el de toda la provincia? Muchachos, a Weretilneck hay que ayudarlo a gobernar sin condicionamiento, sin banderías políticas, sin egoísmos ni jugadas sucias. Rubén Ali Yauhar, DNI 8.211.757 Los Menucos

Rubén Ali Yauhar, DNI 8.211.757 Los Menucos


En primer lugar quiero manifestar mi pesar por el fallecimiento del gobernador Carlos Soria y saludar a su familia en tan doloroso momento. Si bien puede ser apresurado plantear conjeturas sobre la continuidad del gobierno y sus sucesores, quiero manifestar mi opinión, como rionegrino y como afiliado justicialista. Más allá de semejante desgracia familiar, lo que está en juego son los intereses de la provincia y del conjunto de sus habitantes, quienes habían puesto su esperanza en la conducción de Carlos Soria. Sin lugar a dudas, para mal de todos esta esperanza quedó trunca, al menos hasta que se comiencen a dar los primeros pasos bajo la responsabilidad exclusiva de quien formaba parte de esa fórmula que votó la mayoría de la ciudadanía, el vicegobernador Alberto Weretilneck. El peronismo rionegrino sigue siendo una caja de sorpresas casi desde su misma existencia en la provincia; cuando le tocó gobernar allá por 1973 la interrupción de un golpe de Estado hizo que fuera derrocado el entonces gobernador Mario José Franco, a quien los militares injustamente llevaron durante cinco años. Desde 1983, derrota tras derrota, producto de una dirigencia donde las ambiciones personales hicieron que a pesar del apoyo de la gente Costanzo perdiera por tan sólo 640 votos a raíz de que se le jugó en contra desde las mismas filas de los principales dirigentes del partido. Esto hizo que los radicales pudieran mantener el poder a pesar de los desastres que año tras año producían en la provincia a través de administraciones que devastaron sus recursos; esto, como lo he dicho siempre, con la complicidad de una oposición donde las luchas internas hacían que el partido totalmente fracturado nunca pudiera ganarle las elecciones al oficialismo radical. Hoy que la ciudadanía toda había encontrado en Carlos Soria esa esperanza de cambio, esta maldita desgracia hace que se vuelva a foja cero. Ojalá Dios ilumine a Alberto Weretilneck para que logre el tan anhelado sueño de quien en vida en tan sólo 21 días marcó y generó una gran expectativa de encarrilar los destinos de Río Negro. No puedo dejar de dar mi opinión sobre las manifestaciones del senador Pichetto, a quien respeto como una de las figuras preponderantes del partido. Frente a sus declaraciones públicas en cuanto a que el partido cuenta con la mayoría de las intendencias, así como con la mayoría de los diputados, y que se trabajará a través de las unidades básicas, sin duda al ciudadano pensante le queda un interrogante: ¿qué significa esto, un condicionamiento, un mensaje de advertencia al gobernador Weretilneck de que los que mandarán serán los intendentes, los diputados, las unidades básicas? Quiero repetir lo que muchas veces dije de las sociedades que se hacían desde el peronismo con otros partidos; pasó con el MPP y con el FG en elecciones anteriores. Ahora, con la suerte de haber recuperado la provincia –sin duda gracias al hilo conductor que sedujo a los rionegrinos, el Dr. Carlos Soria, producto de la eficiencia en sus intendencias en Roca–, vuelve a mostrarnos que los errores de una dirigencia dejan al peronismo en esta encrucijada. El fallecimiento de quien fuera elegido para gobernar la provincia deja al partido sin la posibilidad de gobernar Río Negro, porque más allá de que Weretilneck desee cumplir con los legados que Soria dejó, es un dirigente con ideas propias que en algún momento querrá llevar a cabo. Y ahí la pregunta: ¿se lo van a impedir? ¿Van a querer hacer valer la fuerza de las mayorías? ¿Van a querer mellar su gobierno buscando su fracaso, que lógicamente no será el de él sino el de toda la provincia? Muchachos, a Weretilneck hay que ayudarlo a gobernar sin condicionamiento, sin banderías políticas, sin egoísmos ni jugadas sucias. Rubén Ali Yauhar, DNI 8.211.757 Los Menucos

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