Se esperan más dólares

De los últimos datos oficiales disponibles (hasta noviembre) surge que el superávit comercial alcanzó los 12.161 millones de dólares, aunque es poco probable que se supere la barrera de los 13.000 millones. Como viene ocurriendo desde el segundo trimestre de este año, las exportaciones e importaciones disminuyen, pero la caída de estas últimas es más pronunciada, lo que derivó en un aumento del excedente comercial acumulado en los primeros once meses del 2012 del orden del 25% respecto de igual período del 2011. Cuando se analiza la evolución de las exportaciones, se observa que la baja de las mismas se debió a un menor dinamismo en las cantidades vendidas (3,12%), dado que los precios registraron una leve mejora del 1%. El mismo análisis aplica para las importaciones que en el acumulado cayeron 7,21% en términos de valores. Desagregando por rubros, la mayor reducción fue para bienes de capital, con una retracción de 14,5%, para totalizar 10.987 millones de dólares. La evolución de este componente se ve en parte reflejada en el comportamiento de otra variable clave para el crecimiento de la economía, la inversión, la cual se estima que cayó 3 puntos porcentuales en términos del PBI. Perspectivas para el 2013 Es claro que el saldo comercial seguirá dominado por el flujo de dólares provenientes de las exportaciones agrícolas, que en virtud de las estimaciones de cosecha y de precios alimentan las expectativas de que el sector externo recupere parte del dinamismo que perdió durante este año. La cosecha total para esta temporada, se estima, estará entre 95 y 100 millones de toneladas. Que a pesar de los factores climáticos sea superior a los 84 millones de toneladas de la campaña anterior no es el único motivo para ser optimistas. También se suman las mejores perspectivas de crecimiento económico para algunos de los principales mercados de los productos argentinos. El tan esperado rebote de Brasil daría un empujón a las exportaciones, así como una aparente contención de la crisis europea. Por otra parte, la recuperación de Estados Unidos contribuye a una mejora de la economía global y a reducir la incertidumbre, lo que combinado con bajos niveles de tasas de interés ayuda a que los precios de los commodities se sostengan beneficiando así a nuestro país. Del lado financiero, los menores compromisos de deuda que enfrentará el Estado nacional aliviarán la restricción externa, como así también el éxito que tenga YPFen su cruzada por la autonomía energética. Pareciera ser que el gobierno tendrá el próximo año un mayor margen de maniobra para permitir un aumento de las importaciones sin poner en peligro la meta de superávit comercial y las compras de energía. Si bien esa situación hace prever que no se endurecerán las trabas a las importaciones, tampoco quiere decir que vayan a disminuir. Cabría esperar que las mismas continúen utilizándose como una herramienta de política económica para seguir protegiendo a determinados sectores de la economía seleccionados discrecionalmente por la autoridad nacional.

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