Hoy son los alegatos en el juicio por el caso Ruminot

NEUQUEN (AN)- La fiscalía y la querella pedirán hoy condenas para Marisol González y Ricardo Johnatan «Cataco» Vega Delgado como autores del asesinato de la docente Susana Ruminot, ocurrido en Centenario el 20 de junio del año pasado. En cambio los defensores de los imputados reclamarán su absolución, argumentando que las pruebas son insuficientes.

Con los alegatos de las partes, previstos para hoy a partir de las 9, la Cámara Segunda dará por cerrado el juicio oral y público por el crimen de Ruminot, quien fue golpeada y estrangulada delante de su hija de menos de 3 años. La sentencia se conocerá la semana próxima, si es que antes no se reabre para realizar una inspección ocular en el lugar del hecho

Ayer, en la última jornada destinada a escuchar testigos, tambaleó una de las pruebas que incriminan a Vega Delgado, supuesto autor material del asesinato. Se trata de anillos que pertenecían a la víctima y que fueron hallados en su poder cuando lo detuvieron.

La defensa de «Cataco», ejercida por Gustavo Vitale, cuestionará que esos elementos sean usados como prueba a partir de la declaración que prestaron dos policías.

Uno de ellos es el cabo Nelson Berra, del departamento Homicidios, quien participó de la detención de Vega Delgado. Según relató ayer, el sospechoso fue trasladado a la comisaría Quinta de Centenario, lo alojaron en la cocina -y no en la Alcaidía de la unidad- y le pidieron que se despojara de todos sus efectos personales «como se hace habitualmente, por razones de seguridad, con cualquier detenido», explicó.

Según su relato, Vega Delgado fue dejando en el piso de la cocina, bajo un calefactor, una gorra negra, anillos, aros y otros elementos. «En ese entonces -explicó después una fuente policial consultada por este diario- no sabíamos que a la víctima le faltaban anillos».

El cabo Berra añadió que apenas terminó esa tarea, «llegó una orden de trasladarlo urgente a Neuquén». Es que afuera se estaba concentrando gente y el clima no era el mejor.

«Lo sacamos tan rápido que no alcanzamos a hacer el acta dejando constancia de todas las pertenencias que tenía encima. Se nos olvidó», dijo el policía. Cuando llegaron a Neuquén le comunicó ese olvido a su jefe; llamaron por teléfono a la comisaría Quinta y se enteraron de que las cosas habían sido encontradas en el piso de la cocina.

El relato encaja con el que ofreció el sargento José Daniel Molina, quien fue el que encontró la gorra y los anillos tirados en el piso debajo del calefactor. Según dijo, fue «unas cuatro horas después de que se llevaran a Vega Delgado».

Cuando halló esos elementos no sabía a quién pertenecían y nadie los reclamaba, de modo que «los metí en una bolsa y los entregué a la guardia siguiente».

Dijo Molina que «Cataco» estuvo en la comisaría siempre junto al personal de Homicidios y no vio si en algún momento se quedó solo.

El defensor Vitale estuvo muy interesado en este incidente, y se especula que pedirá que no se utilice como prueba en contra de su asistido. De todos modos, otros testigos que pasaron por el juicio relataron que en los días posteriores al crimen, «Cataco» ofrecía entre sus amigos un anillo de oro para la venta. Y lo reconocieron como el que pertenecía a Ruminot.

La inspección ocular, «por ahora no»

NEUQUEN (AN)- El defensor de Marisol González, Jorge Larrea, pidió a los jueces que realicen una inspección ocular en la vivienda de Susana Ruminot, y que recorran los 25 puntos de la ciudad marcados en un mapa por su clienta. Esos serían los lugares donde estuvo el día del asesinato.

Los camaristas Emilio Castro, José Andrada y Eduardo Badano le respondieron que por ahora no lo consideraban necesario, pero no descartaron hacerlo más adelante.

Larrea apuesta a demostrar que Marisol no pudo hacer de «campana» mientras se cometía el crimen debido a que por su baja estatura, no habría logrado asomarse por sobre el tapial que rodea la vivienda de la víctima.

Además, en esa época estaba embarazada y su estado fue calificado «de alto riesgo», por lo que no podía hacer esfuerzos.

El abogado sigue insistiendo en que el ex concubino de Susana y de Marisol, Claudio Flores, puede estar involucrado en el crimen. En ese sentido, ayer se supo que una fotografía familiar encontrada junto al cadáver tiene impresa una huella digital de Flores.

Marisol admite que esa noche merodeó la casa de Susana, pero asegura que fue porque había visto ingresar a Flores, a quien estaba buscando. El ex concubino presentó testigos para demostrar que a esa hora estaba en Picún Leufú.