A 3 años del juicio, se duda hasta del coche bomba

Defensores dicen que la Trafic no existió y plantaron los restos.

Con un panorama de seguras absoluciones y defensas de acusados que salpicaron con sus dudas a la piedra fundamental de la investigación, la existencia de un cochebomba, el juicio oral por el atentado a la AMIA entró definitivamente en la recta final, a casi tres años de comenzado.

Los jueces del Tribunal Oral Federal 3 planean sortear el décimo aniversario del ataque del 18 de julio de 1994 sin veredicto dictado y tampoco está en su intención permitir que esa fecha coincida con las últimas palabras de los acusados, según confiaron fuentes del caso.

Por ello calculan que la sentencia se conocerá a mediados o fines de agosto, al borde de cumplirse tres años de iniciado el juicio más largo de la historia argentina. Esta semana los jueces terminarán de escuchar los alegatos de acusados por delitos menores. Pero los últimos dos meses se concentraron en las más variadas hipótesis sobre el ataque, en boca de defensores que cuestionaron la piedra basal de la causa: la existencia del cochebomba.

Más allá de coincidir a la hora de pedir la absolución de todos sus clientes, fue el defensor oficial Eduardo Garcí quien se animó a insinuar que la famosa Trafic nunca existió y sus restos fueron «plantados» en un volquete en la puerta de AMIA.

Los demás apuntaron a la falsedad del acta en la que se dio cuenta del hallazgo del motor de ese vehículo, prueba directa que llevó al primero de los detenidos, el reducidor de autos Carlos Telleldín, ahora juzgado como partícipe necesario. Pero quien más se animó fue un abogado privado, Juan Carlos García Dietze, quien tras pasar dos años y ocho meses sentado en su butaca del fondo de la sala, se despachó con hipótesis propia del ataque terrorista. Ante jueces que parecieron salir de un largo letargo ante la no

vedad, el defensor de Ariel Nitzcaner -un mecánico cercano a Telleldín que no fue acusado por los fiscales y por ello será absuelto- aseguró que la AMIA fue volada desde adentro y que los explosivos estaban en bolsas de materiales.

Para el letrado «los servicios» plantaron restos de la camioneta para simular el uso del cochebomba sólo seis minutos después de la explosión, conjeturó en base a los dichos de un testigo que vio a alguien bolsa en mano por las inmediaciones. Y sostuvo que el detonador y los explosivos entraron a Pasteur 633 a manos de dos «ignotos» personajes de quienes nunca se supo nada, que las dejaron en el hall minutos antes de la voladura.

Estos hombres, recordó, no fueron enviados esa mañana por la empresa contratada para las refacciones en la mutual y fueron vistos por dos testigos.

Dietze quiso demostrar que hubo una «tendenciosa investigación» que dejó de lado otras posibles hipótesis para elegir «una premisa que parece políticamente dispuesta», en referencia al cochebomba como indicador de un acto de terrorismo islámico.

Las hipótesis de los abogados no fueron escuchadas por la DAIA, ni la AMIA ni los Familiares de las víctimas, que se retiraron del juicio oral en señal de protesta apenas el Tribunal resolvió separar a dos de los fiscales, Eamon Mullen y José Barbaccia. DAIA y AMIA volverán el próximo 22 de junio, cuando comience la etapa de dar respuesta a estos argumentos, previa a las últimas palabras y al veredicto. (Télam)


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